El primer nivel consiste en que se debe dudar de nuestros sentidos, pues éstos alguna vez nos han engañado. Por ejemplo, ¿alguna vez has visto un espejismo de agua a lo lejos de la carretera cuando se viaja en un día en el que hace mucho sol, pero cuando llegas al lugar en realidad nunca hubo agua? O ¿Alguna vez has probado una bebida azucarada que no pareciera tener azúcar porque justo acabas de comer un postre muy dulce?
Él plantea que existe la posibilidad que ahora mismo estemos en un sueño vivido. Tú no estás leyendo esta revista, simplemente sueñas que lo haces y que trato de convencerte de ello. Tú en realidad estas dormido, no sabes o recuerdas dónde. Existe la posibilidad que creas que estás leyendo este artículo un lunes por la mañana, pero en realidad es viernes por la noche y estás durmiendo en otro país y en realidad Descartes nunca existió, sino que tu mente lo ha creado y lo ha puesto en esta revista y te has inventado toda esta redacción en un solo sueño. Llevemos la apuesta un poco más lejos. Quizás ni si quiera te llames cómo crees llamarte, o quizás ni si quiera seas humano (en la vida real, en la vigilia). Seamos honestos, es improbable que esté pasando lo que se plantea en este párrafo. Sin embargo, existe una mínima posibilidad de que sea así, no puedes negarlo, por lo tanto, todo lo que vives en tu “vigilia” no puedes considerarlo como verdadero. ¿Así cómo uno puede llegar a creer en algo y tratar de no volverse loco en el intento? Hay conceptos que deben y pueden funcionar en ambas condiciones, por ejemplo, en tu sueño y en la vigilia 2+3=5 ¿Cierto? Las matemáticas son lógicas y según Descartes son claras y distintas en el pensamiento. Esto parecería algo totalmente indudable.
Descartes plantea que no podemos fiarnos de algo que alguna vez no nos hemos podido fiar, por lo tanto, todo conocimiento al que lleguemos a través de los sentidos no lo podemos considerar como verdadero. Incluso las personas que usan lentes pueden dar fe que las cosas como las ven sin los lentes son muy distintas a como son en la vida real. La poca confiabilidad que debemos tener a nuestros sentidos es la principal razón por la cual Descartes es un racionalista puro, es decir que solo consigue llegar a la verdad a través de la razón, mas no de la experiencia o percepciones. Puede que hasta aquí usted perciba varios puntos flojos en el planteamiento de Descartes, pues puede que tenga razón cuando dice que nuestros sentidos nos engañan, sin embargo, podrías decir con seguridad que estás leyendo esta revista en este momento y que la revista es real porque la tienes en frente tuyo. Puede que la revista no sea así como la percibas, pero puedes estar seguro que la revista existe ¿no? Veamos el segundo nivel de escepticismo cartesiano.
El segundo nivel de duda que explica Descartes es el del sueño y la vigilia.