Número 8, Año 3
en razones y se percibe deudor de éstas. Iluminismo, pureza y castidad.
Podríamos creer que el politeísmo es un punto de fuga a la uniformidad.
Una suerte de primera experiencia de la diferencia formante y conforman-
te. Símil a la competencia industrial, a la competencia de valores de valores
como es conocida la bolsa financiera. Menudo lugar para comulgar todas las
reliquias y religiones. Armonizarlas al unísono del grito sacrificial que las
rebalsa de sangre, es decir, de movimiento financiero de esperanza circun-
dante globalizada.
Dos caras. Muy razonable y misteriosa la metodología económica disfra-
za su mítica máscara enmascaradora que adora. Es una noble destreza de
competencia, es decir, de lucha. Guerra a muerte entre amos y siervos. Entre
significantes y significados, dominadores y dominados. Estúpidos entes
connotados e indecibles artificios denotados. Impresionante sello que marca
su huella en impresiones y promesas.
Politeísmos y políticos nunca prestos a salvarnos, pero eso no significa que
hacia ellos los sacrificios no sean donados, tributados y concedidos. Políticos
y gerentes del trágico desenvolvimiento de la crueldad, de la culpa y de la
deuda concebida como la vida.