Chubasco en Primavera Nº 10 | Page 4

Un interminable duelo Yo pasé por uno. Fue muy oscuro y tenebroso. Un día tuve que sepultar mis sueños. Acepté que no volvería a bailar. Acepté que no volvería a pisar descalza el pasto. Que la arena espumosa, esa dejada por las olas, No volverían a hacer cosquillas en mis pies. Solo vería las estrellas soñando Jamás escalaría una montaña. Yo no escribo poemas. Para hacerlo hay que tener el alma a flor de piel. No puedo darme ese lujo. Mi cuerpo aprendió a soportar espinas. Las lágrimas se congelaron de frío y perforaron mi corazón. Como no contarles que volví a hacer todo eso desde mi silla de ruedas. Un día junté mis restos y dije: yo puedo. Veo estrellas con mis ojos cerrados. El mundo se oscureció para mí. Un día empecé a vivir de nuevo.