En palabras de Safar, uno de los padres de la RCP: “Se trata de revertir el proceso de muerte en pacientes a quienes nos les ha llegado la hora de morir”.
Alteraciones:
La consecuencia directa en un paro cardiorespiratorio es el cese de transporte de oxígeno a los diversos órganos y sistemas. La hipoxia e isquemia afecta al encéfalo, el miocardio, los riñones y el hígado, siendo el órgano más sensible el encéfalo.
La intensidad del daño depende de la duración del paro, de la eficacia de la reanimación y del tiempo que se tarda en conseguir una circulación espontánea adecuada.
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