Cuando comenzó a tocar me llegó su idea que quería transmitir a través de su música, nunca me voy a olvidar de esa melodía que era con capricho, alegría y un poco de tristeza, su modo de tocar el violín era muy impresionante por que no se comparaba a nada que había oído, yo era pianista y nunca había acompañado a ningún violinista.
Cuando salimos toda la audiencia felicitaba a Khiara pues había tocado muy bien. Así que, cuando entramos a clases, me enteré que estaba en la misma secundaria que yo y ella sabía que antes yo era muy bueno con el piano. Entonces, ella me pidió que yo fuera su acompañante, pero yo nunca había hecho algo parecido, porque yo era un solista, así que no tenía ninguna experiencia, aparte ya no podía escuchar el piano pues mi trauma arruinó mi oído musical.
Ella no dejaba de insistir, pasaron días, semanas, entonces me di por vencido y le dije que sería su acompañante, entonces empezaron los problemas como tocaría sin escuchar el piano, pero me di cuenta que ella me daba de su fuerza, ella tan dulce, juguetona y amable me dijo que yo podía y yo le creí empecé a practicar diario en mi viejo piano que estaba lleno de polvo pues no lo usaba desde hace bastante tiempo, en ese momento me di cuenta que tal vez podría tocar sin escuchar sintiendo las vibraciones pero era muy difícil así que confiaré en las habilidades que me dejó mi madre.