Chicos de la nueva era Octubre | Page 28

En tal sentido, como remarcaba William Cameron, la diferencia entre la renta del relativamente pequeño número de naciones opulentas y la de la gran mayoría de naciones pobres, no sólo se mantiene, sino que aumenta año tras año.

Todo esto lleva a plantearme muchas preguntas existenciales que, quizás, no puedan responderse con certeza algún día: ¿por qué vivimos en una sociedad bajo normas, dentro de un orden jurídico obligatorio?,¿por qué si no quiero respetarlo debo ser sancionado?, ¿por qué no somos totalmente libres cada uno y hacemos lo que queremos?, ¿por qué nos hacen creer que vivimos y somos totalmente libres si esto es falso?

La respuesta es poco satisfactoria y es porque el poder individual afectaría de gran forma el bienestar colectivo. Eso no sería justo, como tampoco es lo que ocurre en nuestras sociedades. Pero ahí es donde nuevamente considero que de nuevo este sistema nos ganó a todos.

En el día a día, cuando planteo estas ideas con mis pares, mis amigos o familia. Cuando charlamos acerca de cómo mejorar como país, como sociedad, siempre desembocamos en lo mismo: corrupción, tráfico de drogas, inseguridad, exclusión, inequidad. Todos problemas con una principal razón. Y esa es el capitalismo.

Esto me da pie a pensar que no hay solución para la sociedad en la que vivimos, para este mundo donde el egoísmo predomina y la solidaridad, el compañerismo y el humanitarismo son ínfimos y pareciera que nunca triunfarán. Así, siempre que me refiero a estos temas lo hago con un objetivo: el de generar un equilibrio en un mundo que debería ser equitativo, por lo menos a nivel económico y social.

Que deje de haber hambre y frío en los barrios bajos y que la lucha de clases antagónicas -como la llamó Marx- deje de ser eso, un simple enfrentamiento a muerte por el beneficio personal de cada uno de los que conforman una sociedad tan hipócrita como esta.

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