Pero seguía sin saber que vos estabas dentro de mí, que mi desordenada, compulsiva e irrefrenable forma de comer y la reacción externa de mi cuerpo la manejabas vos, que estabas apoderada de mí.
¿Es la obesidad una enfermedad en sí misma o es la puerta de entrada a otras afecciones?
Si la persona aceptara su formato, ¿habría preocupación de lograr estar saludable o de pretender modificar su formato?
Las dietas, intervenciones quirúrgicas, tratamientos psicológicos contra las adicciones prometen y hasta cumplen con su promesa de modificar la imagen, ¿es suficiente o se necesita algo más?
Si bien toda motivación es válida para comenzar nuestros cuidados personales, es indispensable nutrirse de los mejores argumentos para sostener en el tiempo esa decisión, la obesidad como muchas otras afecciones, es silenciosa y de acciones lentas, que cuando se manifiesta ya tiene ganada media batalla, es ese el motivo de fortalecer sobre todo la mente ya que cualquier síntoma sentimental hará retroceder los logros.
Siempre -y sobre todo- esta elección de cuidados personales será propia, íntima y con el generoso sentido del bienestar. Como en todo objetivo personal, no habrá éxitos si la primera falla, que la habrá, sólo trae desaliento y abandono.
El tratamiento de la obesidad no tiene final, tendrá control y descontrol. Saber de ello nos dará la libertad de elegir quién da las órdenes, aprender de ella nos dará la humildad de conocer nuestros propios límites, conocer de ella nos dará la generosidad de compartir nuestra experiencia.
Tendremos el amplio concepto de reconocer la ayuda de un ser superior, nos dispondremos a pedir Serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, Valor para cambiar aquellas que no podemos, Sabiduría para reconocer la diferencia y Fortaleza para alejarnos de las cosas que no podemos cambiar, ni aceptar.
Así, los grupos de autoayuda se califican como indispensables para la aplicación de un plan de bajada y mantenimiento de un peso calificado científicamente como saludable, pero también está comprobado que existen personas que no logran bajar un gramo para alcanzar el peso posible y saludable, ¿está el defecto en la persona o en el grupo?
Los propios obesos rechazan y hasta descalifican o discriminan la condición de obesos de otras personas, ¿hay una negación de su propia condición o existe una fantasía de su propia imagen?
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