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El principe y la gitana

Ambos comenzaron a entablar una conversación de la cual el príncipe quedó fascinado preguntando su edad y nombre a lo que ella respondió “Niara” de 23 años. Niara era una chica humilde, sencilla y con muchos valores inculcados por sus padres. Pero al percatarse la reina de que su hijo estaba hablándole ordeno de manera inmediata que fuese echada, prohibiéndole que volviese a regresar al palacio.

Al no estar de acuerdo con la decisión que su madre había tomado el príncipe discutió con ella y fue en busca de aquella gitana de la cual quedo intrigado por conocer. Al pasar los días y al ver que ella no aparecía el príncipe mando a buscar a aquella chica ofreciendo a la persona que la encontrara una recompensa. 100 monedas de oro que en su época era mucho para los pueblerinos y esa cantidad ellos la juntaban dentro de un mes de trabajo.

Al quinto día de él príncipe ofrecer la recompensa uno de los habitantes de un poblado cercano dijo haber visto una chica con las características mencionadas; a lo que el príncipe acudió donde ella estaba y se percató que efectivamente se trababa de la misma chica que días atrás había conocido.

El príncipe le ofrece a la chica vivir juntos y casarse a costa de la aprobación de sus padres, sabiendo que no están de acuerdo ellos comienzan una relación. Ellos comienzan en una casa dentro del poblado a lo que él comenzó a trabajar para que ambos pudiesen vivir de manera adecuada sin depender de su poder en el reino.

Poco después de ellos vivir un tiempo en la casa del poblado el príncipe decide llevarla al palacio sin importar el qué dirán sus padres y así después casarse, aunque sus padres de él no lo aprueben. Al pasar el tiempo sus padres pudieron aprobar la relación y así otorgarle la bendición a ambos para que su boda sea digna de la realeza y ella sea reconocida como princesa.

Al paso de los años el príncipe Emiliano y Niara concibieron dos hijos de nombre Carlos y Elizabeth siendo los primeros nietos de los reyes, haciendo que se volvieran más flexibles y cariñosos.

Erase un día común dentro de un palacio una familia real la cual estaba conformada por el rey Felipe, la reina Sofía y sus tres hijos Emiliano, Catherine y Esteban. Ellos contrataron los servicios de un bufón para la celebración de cumpleaños de su hijo Esteban quien cumplía 18 años mientras que su hermano Emiliano tenía 23 y Catherine 20.

En la celebración llegaron personas de distintos reinos y poblados cercanos para festejar al príncipe, otorgándole presentes que fuesen gratos para él. Entre los invitados se encontraban una sociedad de gitanos quienes llegaron para entretener más, sin embargo, su presencia no fue bienvenida dentro del palacio. Una de las chicas que estaban en el grupo de gitanos fue requerida en presencia del príncipe Emiliano quien al verla se admiró al ver lo linda que ella era

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