estremecía, como si lo que tuviera en su interior intentara escapar.
Buscó una piedra lo más plana posible y le dio vuelta al balde
descubriendo al pequeño gnomo, quien saltó rápidamente intentando
alejarse, pero Juan logró alcanzar el gorro rojo y lo desprendió de la
cabeza del extraño enano, revelando una gran calva. Cuando el gnomo
se dio cuenta, corrió de vuelta y dijo a Juan:
- Tranquilo Juan, devuélveme mi gorro
- ¿Cómo sabes mi nombre?- pregunto Juan sorprendido
- Bueno, como ya te enteraste de todo, invítame a entrar a tu
habitación, devuélveme mi gorro y te contaré todo- dijo el gnomo con
voz gruesa y ronca. -Y siempre supe de tu tonta trampa, jejeje,- dijo
- Está bien- respondió Juan intrigado y asustado por todo lo que
sucedía.
Juan le devolvió el gorro y entraron sin llamar la atención a la
habitación. Hablaron largamente durante toda la noche, el gnomo se
presentó como Skrítek. Dijo que él era un gnomo del bosque, que
ayudaba a los animales y plantas a reponerse de toda clase de males,
desde peligrosos hechizos hasta enfermedades causadas por los seres
humanos. Insólitamente, Skrítek explicó que tenía en su poder un
paquete que era una puerta hacia otro reino, el reino de la tierra, en el
cual hacía mucho tiempo los gnomos controlaban todo. La época de
gnomos en el poder fue de armonía entre todos los seres de ese reino.
Hechiceros y ogros, gigantes y elfos, dragones y animales; todos vivían
felices compartiendo los unos con los otros. Sin embargo unos seres
malignos tomaron poder del reino y esclavizaron a los gnomos;
desterraron a los ogros y pusieron encantos en los dragones para que
sirvieran en sus malvados planes. Estos seres eran denominados “Las
mouras”, criaturas de apariencia femenina que tenían cuevas a las
afueras del reino, en las cuales escondían todas las riquezas
usurpadas a los gnomos y donde vivían. Skrítek contó, que los mouras
habían logrado encarcelar al hechicero más poderoso de todo NanaAsante (nombre del reino de la tierra). Este hechicero, llamado
Melquies, siempre había ayudado a los gnomos a imponer orden, sin
embargo las mouras habían robado su bastón mágico, y ahora estaba
internado en lo más profundo de una cueva escondida, obligado a crear
encantamientos para proteger las riquezas de las mouras. Skrítek contó
que escondido y protegido por destacamentos de dragones, trolls,
ogros y protecciones mágicas, en las minas de las mouras se escondía
Melquies, y en una habitación aparte estaba escondido el poderoso
bastón del hechicero, con el cual los gnomos serían capaces de liberar
al hechicero y retomar el poder, pero se necesitaba una compleja
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