Y hoy, por primera vez puedo afirmar con toda VERDAD
que te amo,
Nunca te lo dije y me doy cuenta de mi error,
Que ahora sólo busca de tus labios el perdón,
Te amé, Te amo y Te amaré sin mesura y con mi vida
Y aunque ahora te has ocultado como el sol bajo el océano,
Y aunque sé que ya no piensas volver, ¡Soy feliz!
Soy feliz, aquí sentado esperando el amanecer y que con él
llegue tu presencia divina;
La esperanza de volver a sentir tu voz, acariciando mi alma
Esa esperanza que me sobra y me basta, para esperarte
cuanto sea necesario,
Y si no vuelves, si no vuelves tengo un consuelo que se
convierte en mi piel,
Yo te adivino y te tengo siempre, ¡en el atardecer!
77