CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATES | Page 73

un caramelo cuadrado que se vuelve en redondo! —¡Caramba, tiene razón! —dijo el abuelo Joe. —¡Vamos! —dijo el señor Wonka, echando a caminar corredor abajo—. ¡Adelante! ¡No debemos demorarnos! «BOMBONES DE LICOR Y CARAMELOS DE WHISKY», decía en la puerta siguiente. —Ah, eso parece bastante interesante —dijo el señor Salt, el padre de Veruca. —¡Son deliciosos!—dijo el señor Wonka—. A todos los Oompa-Loompas les encantan. Les pone achispados. ¡Escuchad! Se les puede oír allí adentro, hechos unas uvas. Sonoras carcajadas y canciones podían oírse a través de la puerta cerrada. —Están borrachos como cubas —dijo el señor Wonka—. Están bebiendo caramelos de whisky con soda. Eso es lo que más les gusta. Aunque los bombones de licor también son muy populares. ¡Seguidme, por favor! No deberíamos detenernos tanto —torció a la izquierda. Torció a la derecha. Llegaron a unas largas escaleras. El señor Wonka se deslizó baranda abajo. Los tres niños hicieron lo mismo. La señora Salt y la señora Tevé, las dos únicas señoras que quedaban en el grupo, se estaban quedando sin aliento. La señora Salt era una señora muy gorda con piernas cortas, y jadeaba como un rinoceronte—. ¡Por aquí! —gritó el señor Wonka, doblando a la izquierda al final de las escaleras. —¡Vaya más despacio! jadeó la señora Salt. —Imposible —dijo el señor Wonka—. Jamás llegaríamos a tiempo allí si lo hiciera. —¿A dónde? —preguntó Veruca Salt. —No seas curiosa —dijo el señor Wonka—. Espera y verás. 24 Veruca en el cuarto de las nueces El señor Wonka siguió andando rápidamente por el corredor. «CUARTO DE LAS NUECES», decía en la puerta siguiente. —Está bien —dijo el señor Wonka—. Deteneos aquí un momento y recobrad vuestro aliento, y echad un vistazo a través del panel de vidrio de la puerta. ¡Pero no entréis! Hagáis lo que hagáis, no entréis en el CUARTO DE LAS NUECES. ¡Si entráis, interrumpiréis a las ardillas!