CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATES | Page 71

delante de todas estas hermosas habitaciones? —¡Ya nos detendremos cuando llegue el momento! —dijo el señor Wonka—. ¡No seas tan impaciente! «BEBIDAS GASEOSAS QUE LEVANTAN», decía en la próxima puerta. —¡Oh, ésas son fabulosas! —gritó el señor Wonka—. Te llenan de burbujas, y las burbujas están llenas de un gas especial, y este gas es tan potente que te levanta del suelo como si fueras un globo, y te elevan hasta que tu cabeza se da contra el techo, y allí te quedas. —Pero, ¿cómo se vuelve a bajar otra vez? — preguntó el pequeño Charlie. —Eructando, por supuesto —dijo el señor Wonka—. Haciendo un largo, vigoroso, grosero, eructo, con lo que el gas sube y tú bajas. ¡Pero no las bebáis al aire libre! No se sabe hasta dónde podéis ascender si lo hacéis. Yo le di un poco a un Oompa-Loompa una vez en el jardín empezó a subir y a subir y a subir hasta que desapareció. Fue muy triste. Nunca más le volví a ver. —Debía haber eructado —dijo Charlie. —Claro que debía haber eructado —dijo el señor Wonka—. Yo le gritaba: «Eructa, tonto, eructa, o no podrás volver a bajar.» Pero no lo hizo, o no pudo hacerlo, o no quiso hacerlo. No lo sé. Quizá fuese demasiado educado. Ahora ya. debe estar en la Luna. En la próxima puerta decía: «CARAMELO CUADRADO QUE SE VUELVE EN REDONDO». —¡Esperad! —gritó el señor Wonka, frenando de pronto hasta detenerse—. Estoy muy orgulloso de mi caramelo cuadrado que se vuelve en redondo. Echemos un vistazo. 23 Caramelos cuadrados que se vuelven en redondo Todo el mundo se detuvo y se agolpó junto a la puerta. La mitad superior de la puerta estaba hecha de cristal. El abuelo Joe levantó al pequeño Charlie para que éste pudiese ver mejor, y mirar al interior, Charlie vio una larga mesa, y sobre la mesa, filas y filas de pequeños caramelos blancos de forma cuadrada. Los caramelos se asemejaban mucho a cuadrados terrones de azúcar —excepto que cada uno de ellos tenía una graciosa carita rosada pintada en uno de sus lados. En un extremo de la mesa, un grupo de Oompa-Loompas pintaban afanosamente nuevas caritas en más caramelos.