CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATES | Page 18

—¡Tendrían que enviarlos en un camión! —dijo la abuela Georgina. —Sólo de pensar en ello me pongo enferma — dijo la abuela Josephine. —¡Pamplinas! —gritó el abuelo Joe—. ¿No sería maravilloso, Charlie, abrir una chocolatina y encontrar dentro un Billete Dorado? —Sí que lo sería, abuelo. Pero no tenemos ninguna esperanza —dijo Charlie tristemente—. Yo sólo recibo una chocolatina al año. —Nunca se sabe, cariño —dijo la abuela Georgina—. La semana que viene es tu cumpleaños. Tú tienes tantas posibilidades como cualquier otro. —Me temo que eso no sea posible —dijo el abuelo George—. Los niños que encuentren los cinco Billetes Dorados serán aquellos que se puedan permitir comprar chocolatinas todos los días. No hay ninguna esperanza. 6 Los dos primeros afortunados