tan molesta que yo me preguntaba cómo podría ser que el doctor, ocupado en aquel
momento en untar manteca a su pan tostado, no viera una cosa que saltaba a la vista.
Pero no veía nada. Le dijo riendo que era joven y que debía divertirse, en lugar de
aburrise con un vejestorio como él. Además, le dijo que contaba con que ella le cantara
después el repertorio de la nueva cantante y ¿cómo se las arreglaría si no había ido a
oírla? El doctor insistió en arreglar la velada para que ella se divirtiera, y Jack Maldon
quedó en volver a Highgate. Después de decidirlo él se volvió a su sinecura, supongo;
pero se fue a caballo y sin apresurarse.
Al día siguiente tenía mucha curiosidad por saber si había ido a la ópera.