SARITA MONTIEL
Enloquece a Buenos Aires
En su camarín del Teatro Avenida, Sarita Montiel retoca su peinado y maquillaje que atiende ella misma.
¡Sos lo más divino que he visto en mi vida, hija! ¡Que Dios te ampare tanta belleza! ¡Tú eres una reina! –gritó una dama de la platea del Teatro Avenida de Buenos Aires a Sarita Montiel, que reía y lloraba de alegría ante el recibimiento emocionado del público argentino.
“¡Que viva tu madre, que hizo una cosa tan bella!” –coreó desde la galería del teatro otro entusiasta admirador.
Porque Sarita Montiel conquistó Buenos Aires desde el momento mismo en que descendió del avión en el aeropuerto de Ezeina, y el entusiasmo del público ha ido en aumento de cada nueva presentación suya en el Teatro Avenida. La sala se agota día a día a pesar de que la platea cuesta 160 nacionales, o sea, dos mil pesos chilenos.
La noche del debut, Sarita Montiel apareció en el escenario pasadas las once y media de la noche, lo que provocó el nerviosismo e irritación que era de imaginar. Cuando se apagaron las luces para indicar que ¡finalmente! Sarita entraba en escena, un niño se echó a llorar, lo que provocó reacción desde la galería:
-¡A ese niño lo debe haber mandado Lola Flores! –gritó uno. Luego que se apagaron las carcajadas, pero la obscuridad seguía, otro gracioso aportó su improvisación:
-¡Cuidado con las carteras!
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