las centrales nucleares, las cuales siguen despertando gran
preocupación por el almacenamiento a largo plazo de sus residuos, así
como por la posibilidad de que se produzcan accidentes que acarreen
la liberación de agentes radioactivos al entorno. Ejemplos como el de
Chérnóbil (Ucrania) y Fukushima (Japón) ponen la voz de alarma sobre
las graves consecuencias que pueden tener para el medio ambiente y
la sociedad. En este sentido, cada vez es más frecuente que los
gobiernos de diferentes países comiencen a apostar por el desarrollo
de energías renovables como la eólica y solar.