Actualmente, la distribución de la energía eléctrica se realiza mediante
corriente alterna, que permite la utilización de los transformadores para
elevar y reducir el voltaje. A la salida de la central eléctrica la tensión es
de unos 4 000 V y, mediante un transformador elevador, se lleva hasta
unos 400 000 V para ser transportada por una línea de alta tensión. En
las cercanías de las ciudades se instalan estaciones de transformación
con transformadores reductores para bajar la tensión hasta unos 15 kV.
En algunos edificios se sitúan subestaciones que pasan la tensión a 380
V para ser utilizada en las viviendas a 220 V
Problemas medioambientales
Hoy en día, los transportes, supermercados, empresas, industrias y la
mayor parte de los hogares del mundo dependen del suministro de
energía eléctrica. Sin embargo, satisfacer esta demanda global está
comenzando a pasar factura al medioambiente del planeta. La
generación de energía eléctrica se sigue obteniendo, en gran medida,
por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Esta
combustión está expulsando a la atmósfera gases contaminantes, como
el dióxido de carbono, el cual es considerado por muchos científicos
como el responsable del recalentamiento de la Tierra. En este mismo
grupo de fuentes de energías no renovables, se encuentran