Una central nuclear es una central termoeléctrica en la que actúa como caldera un reactor nuclear. La energía térmica se origina por las reacciones nucleares de fisión en el combustible nuclear formado por un compuesto de uranio.
El combustible nuclear se encuentra en el interior de una vasija herméticamente cerrada, junto con un sistema de control de la reacción nuclear y un fluido refrigerante constituyendo lo que se llama un reactor nuclear. El calor generado en el combustible del reactor y transmitido después a un refrigerante se emplea para producir vapor de agua, que acciona el conjunto turbina-alternador, generando la energía eléctrica.
La central se ha realizado con un diseño específico que prevé estructuras civiles adecuadas, sistemas duplicados que responden al fallo previsto de uno de ellos y coeficientes de sobredimensionamiento para resistir el sismo máximo esperable, proteger contra las radiaciones ionizantes y prevenir los accidentes posibles y mitigar sus consecuencias. Por este motivo, los edificios de una central nuclear en comparación con una convencional de similar potencia son mucho más robustos y más grandes para alojar los sistemas redundantes instalados.
Muchas empresas de servicios prefieren dejar que los núcleos de los reactores se enfríen durante décadas en el sitio. “Desmontar una instalación nuclear por parte de trabajadores que saben cómo se armó tiene más sentido que desmantelarla décadas después por personas que no saben nada al respecto”, dijo Mycle Schneider, autor principal del informe.
El desmantelamiento se ha convertido en una actividad importante para muchos constructores y operadores de reactores, convirtiendo el costoso proceso en una oportunidad comercial.
En comparación, 15 países están construyendo plantas de energía nuclear, dos más que a mediados de 2017, cuando los países recién llegados, Bangladesh y Turquía, comenzaron a construir sus primeras unidades. Bielorrusia y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) tienen proyectos nucleares de nueva construcción que han puesto en marcha.
Los planes nucleares de nueva construcción se han cancelado, incluso en Jordania, Malasia y Estados Unidos, o se han pospuesto, como en Argentina, Indonesia y Kazajstán, según el informe de WNISR.
La semana pasada, Sudáfrica dio marcha atrás con sus planes para agregar casi 10 gigavatios (GW) de energía nuclear para 2030.
A finales de junio, se estaban construyendo 50 reactores en todo el mundo, de los cuales 16 están en China, con una capacidad total de 48,5 GW. Tras el desastre de Fukushima en 2011, la cantidad de reactores en construcción superó los 68 en 2013, pero ha tenido una tendencia descendente desde entonces.