CEDUCA | Page 7

TEORÍAS SOBRE EL ORÍGEN DE LA VIDA

GENERACIÓN

ESPONTANEA

La 'teoría de la generación espontánea' (también conocida como 'arquebiosis o abiogénesis') es una antigua teoría biológica que sostenía que ciertas formas de vida (animal y vegetal) surgen de manera espontánea a partir ya sea de materia orgánica, inorgánica o de una combinación de las mismas

Creencia profundamente arraigada desde la antiguedad ya que fue descrita por Aristóteles, luego sustentada y admitida por pensadores como Descartes, Bacon o Newton, comenzó a ser objetada en el Siglo XVII.

La generación espontánea es la hipótesis que dice que los seres vivientes se pueden originar de materia no viviente.

Los primeros biólogos de la Antigüedad ya habían comprendido fácil y correctamente el modo según el cual el proceso reproductor actuaba en los animales más comunes, y habían observado que la vida de todo nuevo individuo tenía su inicio en el cuerpo femenino o, como mínimo, en los huevos puestos por la madre. Sin embargo, durante muchos siglos fue una convicción común que los animales más pequeños podían nacer de la materia no viva, por generación espontánea.

El maestro y filósofo griego Aristóteles (384-322 AC) creía en la generación espontánea. Aristóteles había observado una charca durante un largo período de sequía. El agua de la charca se fue secando hasta que solo quedó fango en el fondo. Al terminar la sequía, la charca se volvió a llenar de agua. Aristóteles observaba que, al principio, no había peces. Después, observó peces en la charca. Aristóteles llegó a la conclusión de que estos peces no habían sido producidos por otros peces, porque todos los peces que había antes murieron durante la sequía. Llegó a la conclusión de que los nuevos peces habían salido del fango. Aristóteles creía también que las moscas salían de la carne podrida de los animales. Pensaba que otros tipos de insectos salían de la madera, de las hojas secas y hasta del pelo de los caballos. Aristóteles creía en la abiogénesis, que es otro nombre para la generación espontánea. Hasta la mitad del siglo 17, la mayor parte de la gente aceptó la hipótesis de la generación espontánea.

Estas convicciones erróneas sobrevivieron durante siglos hasta que, hacia mediados del siglo XVII, el biólogo italiano Francesco Redi demostró que las larvas de mosca se originaban en la carne tan sólo si las moscas vivas habían puesto sus huevos allí: por consiguiente, sostenía que ninguna forma de vida había podido nacer de la materia inanimada. Redi observó que las moscas se posaban en la carne podrida. Redi también observó que en la carne aparecían pequeños organismos blancos parecidos a gusanos. Estos gusanos se comían la carne podrida. Eventualmente, los gusanos dejaban de moverse y se convertían en pequeñas estructuras ovaladas. Redi colocó algunas de estas estructuras en frascos de cristal y los cubrió. Después, notó que de estas estructuras salían las moscas. Estas moscas se parecían a las moscas que había observado antes en la carne podrida. Redi formuló la hipótesis de que las moscas que se habían desarrollado de los gusanos eran la progenie de las moscas originales.

Redi diseñó un experimento para determinar si se desarrollaban gusanos en caso de que no se dejara a ninguna mosca entrar en contacto con la carne. Puso carne en ocho frascos.

7