Ceatoleí Revista Ceatoleí Nº1 - 2016 | Page 6

6 undécimo título dio San Carlos de Apoquindo lleno, hizo fuerte al equipo cruzado que venció a los de azul. La apertura del marcador llegó gracias a un potente remate del “Chapa” Fuenzalida que dejó sin opciones a Johnny Herrera (5’). Tras el gol, los dirigidos por Mario Salas manejaron el balón y se fueron al descanso con triunfo parcial por la mínima. En el comienzo de la segunda mitad un gol de Matías Rodríguez (49’) ponía la incertidumbre en la precordillera pero Jaime Carreño se vistió de héroe y con un zapatazo marcó en 2 a 1 definitivo del encuentro que dejaba a Católica nuevamente en lo más alto de la tabla de posiciones. Tres días más tarde, la UC debió enfrentarse en Quillota a un San Luis que estaba luchando por la permanencia, en la siempre complicada cancha del Estadio Lucio Fariña. El equipo de la franja de ganar el encuentro obligaba al menos a un partido de desenlace para definir al campeón en caso de perder en la última fecha pero pasó lo impensado. Corría el minuto 38 de partido cuando Carlos Escobar marcaba el uno a cero a favor del local. Con la desventaja la UC comenzó a buscar la igualdad de forma desordenada y errática. El equipo se veía nervioso e impreciso, sabían que una derrota les quitaba la opción de sólo depender de ellos para ser campeones. El encuentro terminó con triunfo por la cuenta mínima a favor de San Luis de Quillota y dejaba al equipo cruzado con más dudas que certezas para enfrentar su último partido del Clausura ante Audax Italiano en San Carlos de Apoquindo. Los fantasmas del pasado volvían a hacerse presentes. La UC tuvo una semana corta de preparación en la que todo el plantel se juramentó ganar el juego que les venía por delante como a dé lugar. Hacer la tarea para que no hubiesen excusas. Los tres equipos que estaban peleando por el título, Colo Colo, O’Higgins y Universidad Católica, definirían el campeonato el sábado 30 de abril a las 16:00 horas. La primera opción la tenía el equipo rancagüino que dependía de sí mismo y con un triunfo se consagraría monarca del fútbol chileno. Era un día con condiciones perfectas para que se desarrollara el fútbol. El Estadio San Carlos de Apoquindo estaba repleto de fanáticos que se preparaban para alentar al equipo franjeado pero con parte de los sentidos puestos en El Teniente y el Monumental. El encuentro entre la UC y Audax fue el primero donde se rompió la igualdad del tablero. En el minuto 15 el conjunto visitante se ponía en ventaja tras un cabezazo al ángulo de Diego Vallejos que hacía dudar más al equipo estudiantil que veía como se estaba desmoronando de a poco las posibilidades de ser campeón. Al término de los primeros 45 minutos remate preciso David Llanos lograba la igualdad que ponía nuevamente a Católica en la pelea al título. Mientras tanto los “celestes” caían por 2 a 0 y los albos seguían arriba por la mínima. Tensos minutos se vivían en los tres frentes donde se estaba disputando fútbol, más cuando en el 83’ José Pedro Fuenzalida peinó una pelota dentro del área que se fue al fondo de las redes. El “Chapa” le estaba dando el título a la UC. El tiempo que restaba fue de infarto, Católica era momentáneamente campeón pero debía esperar que en Rancagua el vencedor no variara. Pitazo final y todos los fanáticos de Uni- Nicolás Castillo fue el refuerzo esperado y se alzó como goleador del torneo con 11 conquistas. Católica caía por la mínima, mismo resultado estaba obteniendo O’Higgins. El único feliz era Colo Colo que con un uno a cero a su favor obligaba a definir el campeonato en un partido ante el conjunto de Rancagua. Fueron 15 minutos de descanso que se hicieron eternos. Universidad Católica volvió al terreno de juego y si bien el equipo en la primera mitad había acusado el golpe del gol itálico, en la segunda parte se notó la intención de hacer todo lo posible para dar vuelta el resultado. La UC llegaba y llegaba a la portería rival pero no lograba abrir el cerrojo defensivo de Audax. Hubo que esperar hasta el minuto 70 para que la esperanza se posara sobre todos los cruzados; con un versidad Católica tuvieron que esperar los segundos más largos de sus vidas para que dieran la confirmación de que O’Higgins había caído ante Universidad de Concepción en Rancagua. Cuando por los parlantes de San Carlos de Apoquindo se dio la noticia de la caída de los celestes se desató la fiesta y el llanto de desahogo en el recinto precordillerano. Fueron duros años de rozar la gloria los que sirvieron para mostrar la fuerza de un cruzado, que pese a las adversidades es capaz de levantarse para sacar fuerzas de flaqueza y así poder nuevamente levantar el Huemul de Plata y transformarse en el campeón del fútbol chileno.