CDT - Sumaq News Edición 3 | Page 15

Para descubrir una conexión mágica con tu pasado hace falta de un buen pretexto y que mejor manera de hacerlo que con un recorrido cultural turístico que atraviesa los principales complejos arqueológicos y museos de la Costa norte. Cuzco y Machu Picchu no es lo único que ofrece el Perú. Es por ello por lo que se toma la decisión de realizar un viaje a la parte norte del Perú, teniendo como estadía 3 días/2 noches.

Una vez llegada a la ciudad de Trujillo, “La ciudad de la eterna primavera”, empezamos nuestra travesía dirigiéndonos primero hacia las Huacas del Sol y de la Luna lugar donde pudimos no solo apreciar unos enormes murales de bellos colores edificados en torno al dios Aia-Paec sino también la enorme fachada principal donde los relieves se encuentran casi intactos ; a pocos metros de la huaca se encontraba el Museo Huacas de Moche en la cual observamos cerámicas de diferentes aspectos, así como también la importancia que tuvo la hoja de coca y orfebrería con algunos adornos respectivos al lugar. Nos tomó mucho tiempo realizar aquella visita y ya había llegado el momento de almorzar es por ello que partimos con dirección al restaurante donde pudimos escoger entre tres opciones, de los cuales el pato guisado fue aquel que más destacó.

Mientras nos encontrábamos almorzando fuimos participe de un gran espectáculo de marinera, las personas se mostraban alegres y acompañaban con aplausos el ritmo de la música. De ahí, nos dirigimos a nuestra siguiente parada la Huaca Dragón o también conocida como Huaca Arcoíris, nombre que recibe como símbolo del agua y la fertilidad de la tierra. Siendo nuestra penúltima parada del día nos adentramos a la Ciudadela de Chan-Chan, donde sólo pudimos visitar uno de sus recintos ya que los demás no estaban disponibles para recibir a gran cantidad de turistas. En el recinto que visitamos había varias salas con muros que tenían altos relieves representando diversas formas y figuras. Para finalizar nuestra visita del primer día nos dirigimos a las playas de Huanchaco, lugar del cual teníamos muchas ansias de conocer y donde la gran mayoría de nuestro grupo se animó a disfrutar de un paseo en los caballitos de totora, mientras que otros optaron por tomarse fotos y comprar artesanías características del lugar.

Culminando nuestro primer día nos dirigimos al hotel con el fin de descansar puesto que al día siguiente nos esperaba un largo camino por recorrer.

El segundo día, nos dirigimos a la ciudad de Chiclayo o también conocida como la “Ciudad de la amistad”. Nos dirigimos al Complejo Arqueológico de Túcume, en el Museo de Sitio pudimos apreciar algunas colecciones de textiles, cerámicas, diversas ofrendas en miniatura y objetos relacionados al curanderismo y chamanismo. Al salir, iniciamos una pequeña caminata en dirección al Cerro Purgatorio desde el cual se pudo apreciar con mayor claridad al Complejo Arqueológico de Túcume.

En el almuerzo, pudimos degustar cabrito a la norteña, para muchos de nosotros era la primera que probamos esta comida típica del lugar. Al terminar, algunos aprovecharon el tiempo para comprar pulseras de tiras de cuero donde se podía grabar los nombres a modo de recuerdo. Nuestro próximo destino, el Museo Tumbas Reales del Señor De Sipán, donde no nos permitieron ingresar con cámaras, libreta de apuntes y otros objetos relacionados ya que estaba estrictamente prohibido. Iniciamos el recorrido por el tercer y último piso para ir de forma descendente, lo primero que nos sorprendió fue la escasa luz y el ambiente oscuro y sombrío de las salas y que de alguna manera daba protagonismo a las piezas y ornamentos exhibidas, en el que pudimos apreciar la réplica exacta de la cámara funeraria del Señor de Sipán y los restos del mismísimo gobernante mochica, al del viejo señor de Sipán y al de un sacerdote.

Finalmente, para terminar nuestro segundo día nos dirigimos a Huaca Rajada, lugar en el cual fue encontrado los restos del Señor de Sipán y otros personajes importantes.

Al llegar el tercer y último día nos dirigimos al Complejo Arqueológico el Brujo, en el distrito de magdalena de Cao, del cual la antigua gobernante tomó el nombre, la Dama de Cao. Primero visitamos el Museo Cao que constaba de seis salas, en las cinco primeras pudimos encontrar objetos relacionados a la pesca y al consumo, textiles con 5000 años de antigüedad, cerámicas monocromas y policromas, y además de tallados en madera de distintos instrumentos y personajes moches. La última sala, donde se encontraba la momia de la Señora de Cao, tenía casi la misma seguridad que el Museo Tumbas Reales del Señor De Sipán ya que nuevamente estaba prohibido el ingreso con cámaras fotográficas, pero no solo eso fue lo parecido ya que el ajuar funerario de la dama no tenía nada que envidiar al del Señor De Sipán, es más, se podría decir que tenía un toque más elaborado y con más detalles.

La experiencia vivida fue de lo que se puede llamar única e imposible de olvidar por el valor histórico y cultural que representaban.

Siempre tendremos presente la idea de algún día volver a hermosa ciudad de Trujillo y Chiclayo.

En el recinto que visitamos había varias salas con muros que tenían altos relieves representando diversas formas y figuras, ocasionándonos cierta curiosidad lo que representaban. Para finalizar nuestra visita del primer día nos dirigimos a las playas de Huanchaco, lugar del cual teníamos muchas ansias de visitar y donde la gran mayoría de nuestro grupo se animó a disfrutar de un paseo en los caballitos de totora, mientras que otros optaron por tomarse fotos y comprar artesanías características del lugar.

Culminando nuestro primer día nos dirigimos al hotel con el fin de descansar puesto que al día siguiente nos esperaba un largo camino por recorrer.

Siendo el segundo día nos dirigimos con dirección a la ciudad de Chiclayo o también conocida como la “Ciudad de la amistad”. En el transcurso del camino realizamos pequeña parada en la plaza Paseo de las musas en la cual muchos nos sorprendimos al ver que algunas estructuras y esculturas de la plaza era parecidas a las construcciones romanas, lo que ocasionó que nos sintiéramos como si estuviéramos en Roma. Siguiendo nuestra travesía, nos dirigimos al Complejo Arqueológico de Túcume, donde en el Museo de Sitio pudimos apreciar algunas colecciones de textiles, cerámicas, diversas ofrendas en miniatura y objetos relacionados al curanderismo y chamanismo. Después de salir del museo iniciamos una pequeña caminata en dirección al Cerro Purgatorio en el cual al ascender se pudo apreciar con mayor claridad al Complejo Arqueológico de Túcume.

Después de aquella experiencia en el cerro nos dirigimos a almorzar al restaurante Los Penachos donde pudimos degustar del cabrito a la norteña, para muchos de nosotros era la primera que probamos esta comida típica del lugar. Después del almuerzo algunos aprovecharon el tiempo para comprar pulseras de tiras de cuero donde se podía grabar los nombres a modo de recuerdo. A unos pasos del mismo restaurante se encontraba nuestro próximo destino, Museo Tumbas Reales del Señor De Sipán, donde no nos permitieron ingresar con cámaras, libreta de apuntes y otros objetos relacionados ya que estaba estrictamente prohibido. Iniciamos el recorrido por el tercer y último piso para ir de forma descendente, lo primero que nos sorprendió fue la escasa luz y el ambiente oscuro y sombrío de las salas y que de alguna manera daba protagonismo a las piezas y ornamentos exhibidas. Mientras íbamos bajando comprendimos lo magnifico que era el museo debido al toque de realidad en que te sumerge la estructura de las paredes, además, no solo solo pudimos apreciar la réplica exacta de la cámara funeraria del Señor de Sipán, sino también a los restos del mismísimo gobernante mochica, al del viejo señor de Sipán y al de un sacerdote. En la última sala que visitamos pudimos visualizar a unos 20 maniquíes donde algunos fueron articulados para moverse y dar una especie de espectáculo con música de fondo representando como debió de haber estado conformado los poderes político, religioso y militar.

Finalmente, para terminar nuestro segundo día nos dirigimos a Huaca Rajada, lugar en el cual fue encontrado los restos del Señor de Sipán y otros personajes importantes, e incluso también hay réplicas exactas de las cámaras funerarias de las tumbas más importantes en el lugar pero que hoy podemos apreciar en el museo.

Al llegar el tercer y último día nos encaminamos al Complejo Arqueológico el Brujo, en el distrito de magdalena de cao, del cual la antigua gobernante tomó el nombre, la Dama de Cao. Primero visitamos el Museo Cao que constaba de seis salas, en las cinco primeras pudimos encontrar objetos relacionados a la pesca y al consumo, textiles con 5000 años de antigüedad, cerámicas monocromas y policromas, y además de tallados en madera de distintos instrumentos y personajes moches. La última sala, donde se encontraba la momia de la Señora de Cao, tenía casi la misma seguridad que el Museo Tumbas Reales del Señor De Sipán ya que nuevamente estaba prohibido el ingreso con cámaras fotográficas, pero no solo eso fue lo parecido ya que el ajuar funerario de la dama no tenía nada que envidiar al del Señor De Sipán, es más, se podría decir que tenía un toque más elaborado y con más detalles. Después de salir del museo, a unos pasos de ahí, fuimos al lugar donde fue encontrada la Dama de Cao.

Para finalizar nuestra experiencia en toda la ruta moche nos fuimos a Huanchaco donde almorzamos frente al mar para después realizar algunas compras de artesanías y dirigirnos rumbo a la plaza de armas de Trujillo donde, por las siguientes horas, cada uno de nosotros fue libre de explorar la ciudad como más le gustase, pero teniendo en cuenta que debíamos de estar presentes a la hora de partir y dirigirnos a Lima.

La experiencia vivida fue de lo que se puede llamar única e imposible de olvidar ya que a pesar de que algunas de las partes de los sitios visitados estaban restaurados, no quitaba el valor histórico y cultural que representaban, además de que más que nada pudimos compartir entre todos nosotros esta experiencia.

Siempre tendremos presente la idea de algún día volver a hermosa ciudad de Trujillo y Chiclayo.