CBC 05 - Restaurando los Nombres Kadoshim | Page 7
Dejando De Lado Las Tradiciones De Los
Hombres
Nosotros ya no podemos seguir tradiciones que nos
conduzcan a llamar al Padre por un nombre que no sólo
no es el suyo sino que, en gran medida, resulta abomi-
nable, como veremos a continuación. Muchas pruebas
eruditas están ahora disponibles para exponer que JE-
HOVÁ ES INCORRECTO. Si estamos caminando en toda
la verdad, si estamos dando luz, Yahweh nos dará aún
más luz. ("En tu luz veremos la luz", Salmo 36.9).
Nuestro propósito no es seguir tradiciones erróneas de
hombres:
"En vano me adoran, enseñando como doctrinas
mandamientos de hombres" Mordejai/Marcos
7:7
Entre las muchas razones por las que tanto "JESÚS"
como "JEHOVÁ" son erróneos es por el simple hecho de
que ambas empiezan con la letra "J" la cual es la letra
más reciente añadida a nuestro alfabeto inglés (y espa-
ñol). El nombre del Salvador no pudo haber empezado
con la letra "J" debido a que ésta no existía cuando Él
nació, ¡ni siquiera, mil años después! Todos los buenos
diccionarios y enciclopedias muestran que la "J" y su
sonido son de un origen reciente.
En ninguno de los dos alfabetos, tanto el griego como
el hebreo, existe ninguna letra equivalente a la letra
"J", aún hasta el día de hoy.
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En esencia, la J fue una mera variación de la I. La J
apareció primero en la época romana, cuando ésta se
usaba a veces para indicar la i larga con sonido de vo-
cal, pero, a menudo esta se usaba intercambiablemen-
te con la I. Los romanos pronunciaban la I en algunas
palabras, como si ésta fuera una vocal como, iter, y
como una semivocal en otros, por ejemplo: iuvenis,
deletreado actualmente juvenis. En la Edad Media la
forma alargada de la (J) fue usada como un mecanismo
decorativo, muy a menudo como inicial y en series.
No fue sino hasta mediados del siglo 17 que su uso llegó
ser universal en los libros ingleses; en la Biblia King
James versión 1611 por ejemplo, las palabras Jesus y
judge eran invariablemente Iesus y iudge. Mucho tiem-
po después de la invención de la imprenta, la J llegó a
ser sólo una mera variación caligráfica de la I (la cual
en latín podía ser vocal o semivocal), y la J, llegó a ser
restringida únicamente, a una función de consonante.
Descubrimos entonces que la letra J de deriva de la
letra vocal I, Y QUE ORIGINALMENTE TENÍA EL MISMO
SONIDO QUE LA VOCAL I, esta es la razón de por qué la
j minúscula aún tiene el punto arriba de ella. La letra I
representa la letra griega iota (I), la cual usualmente
corresponde a la letra hebrea YOD (Ye, como en Yate).
La letra J tiene el sonido de una Y (como en "Hallelu-
jah") en latín, alemán y en el idioma escandinavo. En
español, la J es una letra aspirada (que tiene el sonido
de una H inglesa, a veces más suave, a veces más fuer-
te).