CBC 04 - El Trabajo Según Las Escrituras | Page 14
ta en una tienda, aumenta los bienes de este mundo,
porque satisface necesidades verdaderas. Esta es tam-
bién una ocupación que resulta aceptable para Elohim.
Un creyente tiene que comprender que hay dos carac-
terísticas determinantes para una ocupación apropiada.
Uno tiene que hacer que aumente la abundancia de la
tierra o que aumente el valor de los bienes. De hecho,
cuando alguien fabrica una tienda, también hace que la
abundancia de este mundo sea incrementada. A causa
del trabajo que él hace con sus manos, el número de
tiendas en este mundo habrá sido aumentado y más
personas habrán sido beneficiadas con un producto que
necesitaban. Por tanto, también es correcto decir que
esto hace que aumente la abundancia de este mundo.
Así pues, este es el principio básico con respecto a las
ocupaciones que Elohim dispuso para el hombre.
Debemos Evitar Que Nuestra Ocupación Sea Comer-
cial
Conocemos un poco de economía, y sabemos que EL
COMERCIO NO ES NECESARIO. El trueque es más que
suficiente para poder cubrir nuestras necesidades ob-
teniendo aquellas cosas que nos somos capaces de pro-
ducir por nosotros mismos.
El comercio comenzó en Tiro y acaba en Babilonia,
donde hoy vivimos. Esto lo encontramos en Yahjez-
kel/Ezequiel 28 y Hitgalut/Revelación 18. Aquel que
inventó el comercio es el príncipe de Tiro. Yahjez-
kel/Ezequiel 28 nos indica que el príncipe de Tiro re-
presenta a haSatán.
A causa de la multitud de tus contrataciones
(lit. comercio) fuiste lleno de iniquidad (lit.
violencia), y pecaste" (pasuk 16).
Recuerden que el comercio siempre hace que uno ob-
tenga dinero a expensas de otros y a expensas de dis-
minuir las riquezas de este mundo. Esta no es la clase
de ocupación que Elohim desea para nosotros. Esta es
la clase de ocupación que pertenece a haSatán. El
principio subyacente de tal ocupación es erróneo.
El principio que rige el comercio es el de incrementar
el dinero en el bolsillo de uno, por medio de disminuir
el dinero en el bolsillo de otros. Una vez que la idea de
ganar dinero se apodera de la mente de una persona,
el resultado es muy sencillo: uno ganará más dinero
mientras que otros tendrán menos. Para que el dinero
de uno aumente, otros tienen que perder el suyo. Para
que mi dinero aumente, tengo que tomar el de los de-
más. Esta es una actividad exclusivamente comercial.
No estoy diciendo que después de haber atrapado mu-
chos peces uno no pueda vender los pescados. Tampo-
co estoy diciendo que después de haber cosechado
nuestros cultivos, de haberse reproducido nuestros
corderos o haber fabricado una tienda, no podamos
vender tales productos. Ciertamente podemos vender-
los porque de esa forma obtendremos a cambio otras
cosas que necesitamos. Quien pesca no puede dedicar-
se a cultivar, por lo que es correcto que un pescador
cambie sus pescados por harinas y verduras, o por otras
cosas necesarias. Lo que estoy diciendo es que fabricar
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tiendas, criar ovejas, cosechar cultivos y pescar no son
actividades puramente comerciales. Tales ocupaciones
intercambian lo producido por otros bienes; así pues,
los beneficios obtenidos se derivan de la tierra. Es la
tierra la que me da de su abundancia y no es que yo me
haga rico por medio de empobrecer a otros. El dinero
es un simple medio que se utiliza como INTERMEDIARIO
a veces (y eso porque es la forma en que hemos permi-
tido que funcione el sistema). Si cambio mis pescados
por dinero y luego uso ese dinero para comprar verdu-
ras, estaré haciendo exactamente el mismo proceso. El
asunto es NO CENTRARSE EN INCREMENTAR EL DINERO
COMO MEDIO DE RIQUEZA Y PODER.
Los creyentes no deben tratar de ganar el dinero de
otros. Jamás deben abrigar ningún pensamiento que
tenga que ver con aprovecharse de otros. Por ser hijos
de Elohim, nuestras normas de conducta son muy ele-
vadas. No se ve bien que nosotros tratemos de acumu-
lar el dinero del mundo. Los creyentes pertenecemos a
una posición diferente. Nosotros no podemos ganar
dinero de otros.
Los creyentes somos personas nobles; tenemos nuestra
dignidad, nuestra propia posición y nuestros principios.
Es una vergüenza que ganemos el dinero de otros. No
podemos aumentar nuestra riqueza de este modo. Yo
preferiría ser un campesino que se dedica a arar la
tierra y a sembrar; esto es mucho más glorioso que
obtener dinero de los demás. Elohim ha dispuesto que
la tierra trabaje para nosotros, y nosotros seremos
personas mucho más nobles si no tratamos de ganar
dinero de los demás. Los creyentes deben tener en
mente que jamás ganarán dinero a expensas de otro
ser humano.
CUALQUIER OCUPACIÓN QUE AUMENTA LA CANTIDAD Y
EL VALOR DE LOS BIENES ES ACEPTABLE PARA ELOHIM,
PERO ACTIVIDADES PURAMENTE COMERCIALES NO SON
ACEPTABLES PARA ELOHIM. Por favor, presten mucha
atención al capítulo 28 de Yahjezkel/Ezequiel. El prin-
cipio que está escondido al procurar el engrandeci-
miento por medio del comercio, comenzó con el
príncipe de Tiro. En Hitgalut/Revelación 18 el mundo
ha llegado a su fin, y el reino está a punto de comen-
zar. Allí vemos que la Gran Bavel es juzgada. El comer-
cio habrá de continuar a lo largo de la historia hasta
que a la Gran Bavel le llegue su fin. Todos los MERCA-
DERES de la tierra lloran y se lamentan por lo que le ha
sucedido a la Gran Bavel. Allí también vemos todos los
bienes de la tierra; EL PRIMERO ES EL ORO Y EL ÚLTIMO
SON LAS ALMAS DE LOS HOMBRES. Todo está dispuesto
para la compra y venta, desde el oro hasta el alma de
los hombres. El hombre siempre piensa en ganar mucho
dinero y hacerse rico. Pero hermanos y hermanas, no-
sotros debemos huir de tan baja ocupación.
Las Actividades Puramente Comerciales Difieren De
Las Productivas
Espero que ahora sepan distinguir entre aquellas acti-
vidades que son puramente comerciales y las activida-
des productivas. El trigo, el ganado, las ovejas, las
tiendas y los pescados pueden ser vendidos. No nos
referimos a esta clase de comercio, porque en verdad