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Como el nacionalismo se está cargando la lengua catalana
MARTES
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Nos gusta el catalán. Es la primera lengua que muchos de nosotros escuchamos
de pequeños, aquella en la que empezamos a pronunciar nuestros primeros motes. Nos
gusta leer y escuchar un catalán vivo y creativo. Huimos de los artificios de la normalización y de muchas expresiones fabrianas sin raíces en nuestra tierra.
Queremos que nuestros hijos aprendan catalán, en castellano y que estén muy
familiarizados con el inglés. Queremos vivir libres, educar libremente a nuestros hijos y
disfrutar del derecho a decidir que lengua hacemos server allá donde estemos. Hablaremos castellano cuando nos apetezca y catalán cuando nos de la gana. No queremos imposición de lenguas. Catalán y castellano son nuestras lenguas y las queremos a las dos.
El nacionalismo está estropeando el catalán. Ha convertido nuestra lengua en un
artificio estándar, vulgarizado y afrancesado, alejándose de expresiones de origen castellana por motivos políticos. La ideología nacionalista hace del
catalán un instrumente de partido, provocando que una de
nuestras lenguas esté perdido el afecto del pueblo.
Pérez Reverte tiene dicho algo interesante: el castellano “no es una lengua nacionalista, porque no es una seña
de identidad para nadie; es plurinacional y multilingüe (…) A
pesar de lo que dicen los estúpidos y los manipuladores,
una lengua generosa, abierta, donde cabe todo el mundo y
donde cualquier variante documentada con rigor es incorporada”...
Artur Mas alucina con Sociedad
Civil Catalana
MARTES
El Presidente experimentó ayer cómo el nacionalismo ha dividido Cataluña. Catalanes de socarrel dijeron “no” a su referéndum ilegal. Ayer Joaquim Coll, Josep Ramón
Bosch, Susanna Beltrán y Josep Rosiñol fueron recibidos por Artur Mas. Les preguntó si
apoyaban su referéndum ilegal, y los de SCC le dijeron que nanay, que la ley está para
respetarla y que el President estaba para respetarla el primero. El líder de CiU quiso saber si SCC estaría a favor de que Rajoy accediera a sus peticiones, y SCC dijo que el President no había sido prudente poniendo a Rajoy entre la espada de sus imposiciones y la
pared del referéndum. Artur Mas quiso saber si SCC podía mediar con el Gobieron, y SCC
le contestó que ellos median con la sociedad civil catalana, y que no es bueno dividirla con
planes secesionistas. Mas les intentó convencer diciendo que el referéndum no era por
“laindependència”, y SCC le dijo que eso ya nadie se lo cree.
Así transcurrió más o menos la reunión.
No obstante, lo que más dolió a Mas fue saber
que hoy se constituye Sociedad Civil Catalana en
el Valle de Arán, y dentro de unos días en las Terres de l’Ebre, Tarragona, Reus, y el Baix Llobregat; que la asociación de jóvenes de SCC está
naciendo con ímpetu; que se están formando
comisiones sectoriales de médicos, economistas,
empresarios y educadores. Y que, si los catalanes nacionalistas han organizado un verano rupturista, los catalanes a secas están organizando
un otoño de solidaridad y unión...
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