Eso ocurrió un lunes . Llamó a la policía . « No podemos hacer nada », se encogieron de hombros . Esa frase (« no podemos hacer nada ») la sigue oyendo aún hoy , meses después .
José Luis duerme en casa de su pareja . Se soportan . Buscó un abogado . Llegó agosto . El abogado se fue de vacaciones . Ya no sabe quién le representa .
José Luis está hasta los huevos . Tendría ganas de ahogar sus penas en vino si no fuera porque ahora lo aborrece . De tanto en tanto , se obnubila . No entiende nada . ¿ Acaso es él el delincuente ?