Así era llamado el lugar escondido en la selva colombiana en los departamentos de
Caquetá y el Meta en los que se podían encontrar diecinueve laboratorios donde era
producida la cocaína y, además, Tranquilandia contaba con ocho pistas de aterrizaje
con numerosas aeronaves que eran utilizadas para el contrabando nacional e
internacional de cocaína y otras sustancias. Tranquilandia era del tamaño de una
pequeña ciudad, se había vuelto una comunidad, con familias que vivían en este lugar
y trabajaban allá para ganarse la vida. En el año 1984 Tranquilandia era considerado
como el mayor centro de procesamiento de cocaína en América Latina.
El 7 de marzo del año 1984, un
comando de fuerzas especiales a
cargo de la Policía Nacional y
agentes de la DEA, entraron a
Tranquilandia y destruyeron todo a
su paso. El coronel de Policía Jaime
Ramírez Gómez, fue el encargado
de liderar este operativo en el que se
desmantelaron cerca de nueve
laboratorios
usados
para
el
procesamiento de cocaína, ocho
pistas de aterrizaje ilegales y
alrededor de 14 toneladas de cocaína
avaluadas en 1.200 millones de dólares.
El cartel de Medellín se aseguró de organizar una fuerte venganza por las acciones
cometidas a sus laboratorios. La principal víctima de esta venganza fue Rodrigo Lara
Bonilla, ministro de Justicia, quien fue asesinado el 30 de abril de ese mismo año a
manos de los sicarios de Pablo Escobar.
Este desmantelamiento de los laboratorios del cartel, los llevaría a una gran crisis
económica y además a una gran disputa en contra del gobierno colombiano que
dejaría miles de víctimas inocentes.
Por Silvana Sierra