CANTIERE
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EL ALCANCE DE LO LOCAL
Para no pecar de pesimistas, podríamos resaltar los avances en las fincas mu-
nicipales de semilla del Programa de la Agricultura Urbana al lograr por pri-
mera vez producciones de semillas de rábano, berenjena, lechuga, zanahoria,
perejil, quimbombó y pimiento con categoría básica- estas son las obtenidas
luego de la primera multiplicación de la original producida por el investigador.
El impulso dado al Programa de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar
por PROAGRU, posibilitó la recuperación de variedades con baja disponibili-
dad en centros de investigación, tal es el caso de los pimientos CW-3 y el E-16,
así como el mejoramiento del T-28, lo que puede significar un renacer para la
confección del pimiento morrón, desaparecido del mercado como producto
nacional.
Pero sin duda uno de los mayores logros se concentra en ampliar estas prác-
ticas a los productores, a pesar de la complejidad técnica del proceso. Sin em-
bargo, esta disposición puede desaprovecharse si no cambian las políticas de
precios y certificación, que aun resultan poco atractivas en el primer caso y
demasiado burocratizadas en el segundo, señaló Larghy.
Partiendo de esta situación en las provincias de Ciego de Ávila y Cama-
güey se realizó un estudio de cadena de valor, que fue capaz de adaptar la
metodología diseñada para otros cultivos al caso de las semillas. Lo valioso
de este tipo de investigación es que logra atender a los procesos desde un
enfoque sistémico, permite identificar brechas y valorizar a la semilla como
producto en sí, no solo como insumo.
No obstante, estas experiencias, aunque altamente valiosas no lograrán tras-
cender un alcance limitado sino se traducen en políticas que incentiven la ob-
tención de nuevas y mejores variedades, capaces de cubrir las demandadas de
productos con calidad y altos rendimientos.
FOTO POR CARLOS JAVIER REDONDO