CANTIERE
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REGRESO A LA SEMILLA
JESSICA CASTRO BURUNATE
Cuesta imaginar un mundo donde todo lo que
consumimos se produzca de forma sintética.
Pero por futurista que resulte la idea, la realidad
es que la tierra no se siente ya tan bondadosa.
La influencia del incremento de las temperaturas, la sequía, la incertidumbre so-
bre la distribución de las precipitaciones, eventos asociados al cambio climático,
dejan claro que la seguridad alimentaria es una preocupación, y de las grandes.
Afortunadamente aún tenemos la ciencia, y la voluntad de algunos de enfocar
la mirada en esta dirección. Por dónde empezar. Como siempre por la raíz del
problema, o en este caso, la semilla, responsable de entre un 40 y 50 por ciento
del rendimiento de los cultivos, es decir la mitad del camino.
El manejo adecuado de las semillas permite al agricultor incrementar los
resultados y adaptar la producción de los cultivos a los cambios agroecológicos.
En dependencia de su calidad también estará el uso óptimo del suelo y el agua,
recursos escasos en los tiempos que corren.
Cuba no ha estado exenta de los impactos originados por el cambio climáti-
co. Sin embargo, pudiera encontrarse en una mejor posición que el resto de los
países para enfrentar, por ejemplo, el impacto de las altas temperaturas, proble-
mática que ya resulta demasiado familiar.
A esto se une que en materia de investigación científica, mucho antes del aluvión
de conciencia global, científicos cubanos y foráneos, ya se preocupaban de cómo
hacer más eficientes los campos cubanos con la diversificación de sus cultivos.
Esto no significa que podamos desviar la atención sobre el asunto. Siempre re-
sulta mejor la mirada crítica a las palmadas en la espalda. Pero sin dudas esta es
un área de interés para el país. Indudablemente ya no se entiende la agricultura
sin el impulso de la ciencia y la técnica más avanzada.