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Michelangelo Pistoletto en casa post Covid
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Creo que a partir de esta pandemia se buscarán nuevas conductas
en la sociedad. Pero podría haber retrocesos. Es improbable
que enseguida se dé un paso hacia adelante. La transición hacia
nuevas prácticas en la economía y en la política no es tan sencilla
e inmediata. Hay que lidiar con las empresas, que tienen que continuar
operando, porque sin trabajo no se vive. Si el trabajo llegara
a colapsar, la epidemia económica podría resultar aún más grave
que la sanitaria.
El papel del arte es el de la sensibilidad, que procede de la habilidad
de poner en movimiento y replantear constantemente la sociedad y
lo que ha sido el arte en el pasado, con sus formas, éticas y estéticas.
Pero el artista solo no puede hacer mucho. Debemos buscar un arte
común, el arte del compromiso creativo para así formar un nuevo mundo,
donde todos cooperemos. Juntos debemos inventar, crear, idear,
dibujar, diseñar ese mundo nuevo y declarar abiertamente lo que cada
uno está dispuesto a hacer para construir una nueva comunidad humana.
Esto es lo que ocurre, desde su nacimiento en los años noventa,
en la Cittadellarte, un modelo de institución artística y cultural que
coloca al arte en interacción directa con los diversos sectores de la
sociedad. En términos musicales, tendremos que trabajar juntos para
formar el coro de una nueva sociedad.
Cuando estaba encerrado en un cuarto de hospital, María, mi esposa,
estaba también en su encierro en casa. Los dos hemos estado en
aislamiento. Este aislamiento se convirtió en una experiencia trágica
para aquellos que fueron al hospital y allí dejaron su vida. Sin embargo,
el problema no es de aquellos que ya fallecieron, el problema está
en la sociedad de los vivos. Quien muere regresa al gran vacío universal,
pero aquel que ha sobrevivido tiene que pensar en la sociedad en
la que tendrá que vivir después de esta experiencia tan abrumadora.
La pandemia nos enseña la fenomenología de la vida marcada por
un tiempo que transcurre, desde que se nace hasta que se muere.
Mientras vivamos, es preciso permanecer aquí, en esta Tierra, y asumir
directamente la responsabilidad de cada una de nuestras acciones.
Las fronteras ya no existen, de alguna forma la pandemia logró anularlas
todas. Por tanto, debemos entender que las fronteras no van a
ser superadas exclusivamente según criterios políticos, económicos o
geográficos, sino que deberían construirse mediante acuerdos sólidos de
carácter global que busquen establecer un equilibrio con la naturaleza,
usando las herramientas del arte y la ciencia. Sobre todo de esta última,
que tiene que asumir una responsabilidad fundamental. Es momento
de que la ciencia establezca, finalmente, una conexión dialéctica con la
naturaleza y llene el vacío que existe entre la naturaleza y el artificio. •
Publicado originalmente el 8 de mayo de 2020 en la edición en español del New York Times:
https://www.nytimes.com/es/2020/04/02/espanol/opinion/postales-del-coronavirus.html
Un agradecimiento muy especial a Pablo Corral Vega - Embajador Rebirth/Tercer Paraíso de Quito