Con el fin de asegurar que las actividades
desarrolladas por los emprendedores sociales merezcan el respeto y la confianza de los
donantes, beneficiarios y público en general,
que las apoyan, se hace necesario que estas
se adhieran a ordenamientos legales y mecanismos de registro y fomento de su quehacer.
Así, toda acción que vaya encaminada a promover en el individuo su desarrollo integral, el
bienestar social o comunitario- o bien dirigida
al desarrollo del Estado-, debe involucrar tanto a las dependencias y entidades de la admi-
nistración pública como la participación organizada de la sociedad civil que, aun celosa de
su autonomía, tiene plena consciencia de que
la rectoría del Estado y los apoyos públicos le
son indispensables para vigorizar sus actividades.
Estamos viviendo una época de consolidación de la participación de la sociedad civil,
con pleno convencimiento de la importancia
de ser coparticipes en las grandes líneas y
acciones de la asistencia social, buscando
solución a los problemas que afectan al individuo y a la comunidad, conscientes de que
esto compete a todos, gobierno y sociedad.
Es por ello que, mediante labores conjuntas,
ambos deben asumir los cambios sociales
que reclama la población, no solo por lo que
hoy vivimos, sino porque esto significa sentar las bases para nuestro crecimiento futuro.
Foto por Lorenzo Fiaschi
rios, que proporcione información relacionada con sus fuentes de financiamiento y el uso
de esos recursos. Un emprendedor en término general se topa siempre con dificultades
como el financiamiento, pero un emprendedor social muchas veces se enfrenta a dificultades adicionales debido a la naturaleza de
la empresa: no sólo es resolver un problema
social sino también encontrar la manera de
sostener el proyecto.
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