Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 25

visto en su vida. Era algo desesperante. Pero, fieles a su compromiso de compartir su amor y entregar algo, Nancy y Lee empezaron a avanzar por la sala seguidos por la comitiva de miembros del personal médico, todos los cuales llevaban ahora corazones en el cuello y sombreros en la cabeza. Finalmente, Lee llegó a la última persona, Leonard. Tenía puesta una bata blanca en la que se babeaba. Lee vio cómo mojaba Leonard su bata y dijo: “Vamos, Nancy, no hay forma de llegar a esta persona”. Nancy respondió: “Pero Lee, es un ser humano también, ¿no?”. Luego de lo cual le colocó un sombrero divertido en la cabeza. Lee sacó uno de sus corazoncitos rojos y lo prendió en la bata de Leonard. Respiró hondo, se inclinó y lo abrazó. De repente, Leonard empezó a chillar: “¡Eeeeeh, ehhhhh!”. Algunos de los otros pacientes en la sala también empezaron a golpear cosas. Lee se volvió hacia el personal tratando de obtener alguna explicación y lo que descubrió fue que todos los médicos, enfermeras y ordenanzas estaban llorando. Lee preguntó qué ocurría a la jefa de enfermeras. Lee nunca olvidará lo que le respondió. “Es la primera vez en veintitrés años que vemos sonreír a Leonard”. Qué simple es cambiar algo en la vida de otros. Jack Canfield y Mark V. Hansen