Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 24

malhumorados de la ciudad. Veamos si logra que éste lo abrace”. Lee aceptó el reto. Cuando el autobús frenó cerca de la curva, Lee dijo: “Hola, soy Lee Shapiro, el juez abrazador. Este trabajo ha de ser sin dudas uno de los más estresantes del mundo. Yo ofrezco abrazos a la gente para aliviar un poco la carga. ¿Le gustaría uno?”. El conductor de 1,86 m y 115 kg se levantó del asiento, bajó y dijo: “¿Por qué no?” Lee lo abrazó, le dio un corazón y se despidió cuando el ómnibus arrancó. El equipo de TV se quedó sin habla. Finalmente, el locutor dijo: “Debo admitir que estoy muy impresionado”. Un día, Nancy Johnston, amiga de Lee, se apareció en su puerta. Nancy es payaso profesional y llevaba puesto su traje, con maquillaje y todo. “Lee, toma varios de tus equipos para abrazar y vamos al hogar para discapacitados”. Cuando llegaron al hogar, empezaron a dar sombreros, corazones y abrazos a los pacientes. Lee se sentía incómodo. Nunca había abrazado a enfermos terminales, gravemente retardados o cuadripléjicos. Era en verdad una tortura. Pero después de un rato, Nancy y Lee lograron reunir una comitiva de médicos, enfermeras y ordenanzas que empezaron a seguirlos de una sala a otra. Después de varias horas, ingresaron a la última sala. Eran treinta y cuatro de los peores casos que Lee había