CANDÁS MARINERO REVISTA NUMERO 45 CANDÁS MARINERO febrero 2018 | Page 3
Otro gran bloque en el fondo de la cámara corres-
pondía a un nuevo ortostato, probablemente pertene-
ciente al costado S. del sepulcro. Toda esta informa-
ción permitió establecer el procedimiento de uno de
los saqueos del megalito causante de su desfi-
guración. Los violadores socavaron el exterior SW
y, en parte, S. de la cámara, después, probablemente
con un tiro animal, arrastraron la cobertera que en su
desplazamiento hacia el SW removió un gran ortosta-
to haciéndolo girar sobre su base hacia el exterior.
La precisión en la lectura de estos hechos nos llevó
posteriormente a reubicar con seguridad el ortos-
tato que cerraba la cámara y a colocar en su lugar
la cobertera. Tales trabajos fueron posibles gracias
a los medios materiales (camión grua, excavadora
-tractor) y humanos aportados con generosidad
por el Ayuntamiento de Carreño.
Se trata, en resumen, de un dólmen de cámara de
tendencia trapezoidal y un corredor corto de un sólo
tramo un modelo que se puede también calificar de
dólmen con vestibulo, siguiendo la terminología utili-
zada en otros lugares para cámaras similares
(Clottes, 1977, 330).
Aún cuando la violación del dólmen afectó al área
del corredor, la proximidad inalterada sobre su eje del
cuerpo tumular con la coraza intacta y encajada, nos
permite asegurar que el acceso al referido vestíbulo se
practicaba mediante un corto hueco en rampa, tal vez
una trinchera que podía ser cerrada con relativa faci-
lidad tras el depósito en la cámara de los cadáveres.
3. Túmulo MA XVI
A una treintena de metros al O. NO de MA XV, pa-
saba inadvertido bajo una cubierta de maleza con
ericáceas de más de 3 m. de altura. Tras una costosa
limpieza se hizo visible un túmulo subcircular de
unos 150 rrr' de planta sobre el que descansaba ex-
céntricamente una gran laja de cuarcita, mientras que
de una trinchera emergían las crestas de algunos
bloques de la misma roca. La excavación, sobre sec-
tores que sumaron 95 m2, estableció una intere-
sante historia de dos saqueos diferentes, de los que
el primero siguió el sistema de arrastre de la coberte-
ra descrito en MA XV (y tal vez de la misma au-
toría).
El modelo tumular interpretado reproduce también
fórmulas constructivas precisas: aprovechamiento
de otro criptorrelieve como base de la arquitectura,
cierre superior con una coraza de bloques, masa de
sedimento en un único episodio y delimitación glo-
bal de la estructura con un tenue anillo periférico a
base de piedras acumuladas. El recinto sepulcral
conservaba sólo una parte de sus elementos in situ;
no obstante parece segura su tipología cuadrangular,
cerrada, de ortostatos de poca altura y gran grosor, el
necesario para soportar la voluminosa y pesada laja
de techado, precisamente la gran lastra que an-
tes señalábamos.
4. Los espacios MA XV b y MA XVI
La brevedad nos obliga a la sumaria considera-
ción de lo que calificamos como "espacios" a causa
de su ambigua filiación. El primero, inmediato al N.
de MA XV con
el que contacta, es un volumen bajo y
en casquete de esfera. Una pequeña
zanja en su centro alinea algunos
bloques medianos de cuarcita. En reali-
dad la excavación probó que responde
a otro núcleo de roca sana bajo una
masa de alteración, pero sin el concreto
aprovechamiento monumental descrito
en los megalitos XV y XVI. Por su par-
te, MA XVI sufrió tales remociones,
en particular por una gran zanja de
deslinde de fincas que lo atraviesa
diametralmente, que pese al atento aná-
lisis practicado se nos ofrece como un
elemento enigmático, aunque su origen
en un criptorrelieve es también oscuro.
IV. LA NATURALEZA DE LAS OFRENDAS FÚNE-
BRES (fig. 6)
Tanto por número, variedad y calidades material y
técnica, representan los ajuares un conjunto excep-
cional en el megalitismo de Asturias,
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