CAMPEONATO DEL MUNDO FILIPINAS 1978
Tras las emociones vividas en el encuentro por la medalla de bronce se registra una vuelta de
tuerca; yugoslavos y soviéticos saltan a la cancha con la mente puesta en conseguir el oro y, si
pueden, humillar al rival. No hay lugar para ello: el partido es tan intenso y disputado, con
prórroga incluida, que el mínimo triunfo yugoslavo (82-81) no oscurece a su rival.
Nikolic y Gomelski conocen el potencial que tienen enfrente, se temen y esperan cuarenta
minutos de igualdad, mas la fulgurante salida yugoslava (23-14) en el minuto 11 augura un
cambio en el equilibrio previsto. Los soviéticos cargan el juego en Tkachenko y recortan las
distancias hasta irse al vestuario con empate a 41. En el segundo tiempo no se ofrecen
concesiones; Yugoslavia tomó cuatro puntos de ventaja a falta de cinco minutos pero tres
canastas consecutivas de Belov dan ventaja a los suyos. Los de Nikolic toman una mínima
diferencia (73-71) en los últimos instantes, pero aparece la sangre fría de Myshkin e iguala
sin que el lanzamiento desesperado de Delibasic rompa la igualdad.
La prórroga se pone difícil para los de Gomelski al cometer el gigante Tkachenko su quinta falta
personal. Los yugoslavos aprietan el acelerador y ponen en el marcador un 82-77, un mundo en el
tiempo suplementario. Aparece, entonces, el talento de Sergei Belov que consigue dos canastas
consecutivas, pero a quien le falta tiempo para concretar la remontada. Con el 82-81, los
yugoslavos recuperan el cetro mundial mientras que, en la distancia, las calles de Belgrado se
llenan de exultantes aficionados.
Durante el desarrollo de este apasionante Mundial, la FIBA decidió otorgar la siguiente edición a
Colombia y reglamentar el asunto de los salarios de los jugadores. El baloncesto seguiría siendo
un deporte “amateur” pero ya nadie escondía que en la élite todos cobraban.
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FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ