Soviética y Bulgaria a jugar contra Taiwán, lo que
costó el titulo a los soviéticos, y culminó en
1962 con la negativa filipina a otorgar visados a
los países comunistas de Europa, lo que motivó
la anulación del Campeonato y su traslado a
Brasil, país que en el plano deportivo dominó las
primeras ediciones con dos títulos y otros tantos
subcampeonatos.
La relajación en la “guerra fría” entre Estados
Unidos y la Unión Soviética a comienzos de la
década de los años setenta ahuyentó los
fantasmas de los problemas políticos, al tiempo
que una cierta madurez de la competición
permitió solventar los problemas de las
infraestructuras. A partir de la edición disputada
en Yugoslavia en 1970, el Campeonato entra en
una fase de normalidad en la que solamente las
flojas actuaciones de Estados Unidos -volcado
en los Juegos Olímpicos, pero a espaldas del
Mundial,- empañan la competición.
Son tiempos en los que Yugoslavia, con sus
míticas estrellas Slavnic, Cosic, Kikanovic... y la
URSS con los Sergei y Alexander Belov,
Paulaskas, Tkachenko..., se alternan en la
conquista del oro, siempre con Brasil como
tercero en discordia ante el desinterés
norteamericano.
El campeonato del Mundo sale incólume de los
sucesivos boicoteos a los Juegos Olímpicos de
Moscú (1980) y Los Ángeles (1984). Este hecho
fortalece la competición, consigue que Estados
Unidos envíe equipos de gran nivel a Colombia
(1982), pese a caer en la final contra la URSS, y
España (1986) donde consiguen el título con un
conjunto jovencísimo compuesto por futuros
talentos de la NBA como David Robinson o Tyrone
Bogues entre otros. Aquel Mundial de 1986 con
24 equipos en liza marca un punto de inflexión en
su desarrollo: canchas excepcionales, un público
volcado y un espectáculo deportivo de primer
nivel transmitido por televisión a todo el mundo.
La autorización de la FIBA para que los
jugadores de la NBA participen en todas las
competiciones y la desmembración de la Unión
Soviética y Yugoslavia en diversas repúblicas
independientes marcaron el inicio de una nueva
etapa que tuvo por escenario las ciudades
canadienses de Toronto y Hamilton en 1994.
12
FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ