la playa a lo lejos pudimos observar varias palapas que con ese olor a pescado al ajillo , zarandeado o empanizado nos elevaban en el aire cual caricaturas invitándonos a entrar . Por la noche nos preparamos para cenar con Doña Vero quien nos tenía listo un rico pozole , el mejor platillo para celebrar nuestra noche mexicana , nuestra Independencia . Al terminar la cena nos dirigimos a la playa a encender la fogata y seguir celebrando como buen mexicano . A la orilla del mar se podía escuchar el golpe que producían las olas al chocar contra las rocas , era una vista perfecta , parecía que dentro del mar habitaban pequeños seres brillantes que al huir marcaban una estela de luz . La luna se asomaba alumbrando nuestra playa …
A la mañana siguiente nos esperaba una sorpresa , todos listos a la orilla de la playa esperamos a que llegaran las lanchas por nosotros para llevarnos a la Isla Cocinas , una de tantas que tiene ese magnífico lugar . Chaleco salvavidas listo y comienza la travesía … hicimos 10 minutos aproximadamente y cada vez que nos acercábamos nuestra pupila se hacía cada vez más grande al ver esa maravilla escondida . Bajamos de la lancha y nos instalamos bajo las sombrillas que llevábamos mientras disfrutábamos de un día en la isla . Los lugareños nos contaron que puedes quedarte a pasar la noche sin problema , no cuenta con luz pero la sensación que te produce dormir en una playa que se le considera una reserva ecológica te inyecta de vida y nostalgia . Si pretendes quedarte puedes pedirles a los lancheros que te lleven comida en su última visita que es aproximadamente a las 7:00 pm y después de recoger a todos los pasajeros de Cocinas te quedas completamente desconectado de toda civilización .
No queríamos regresar a Pérula realmente disfrutábamos cada hora en ese lugar , podías caminar y caminar por su arena blanca y su transparente mar y adentrarte sin que te llegara el agua al cuello , las olas te mecían suavemente mientras te arrullabas con su vaivén .