Buxi Revista de Bibliofilia 3 | Page 9

LAS CRIATURAS QUIMÉRICAS EL DRAGÓN Y LA SERPIENTE El dragón, monstruo de escamas, retorcido En pleno centro de la escena -indescriptible, Con retorcidos ojos oblicuos replicó receloso Disparó fuego resplandeciente Hesíodo El Escudo de Hércules El dragón es la figura quimérica más interesante y que más frecuentemente aparece en la heráldica. Encontramos al dragón dibujado de manera muy similar tanto en la Europa Occidental como en el extremo oriental de la lejana China y el Japón. Los antiguos lo concibieron como la encarnación del poder maligno y destructor con los atributos más terribles. Las historias clásicas nos dan cuenta de muchos de los más espantosos monstruos del tipo del dragón. También sorprende que la concepción popular del dragón, fundada en la tradición a lo largo de cientos de generaciones, no sólo retiene su identidad sino que posee una gran semejanza con los saurios antediluvianos, cuyos fósiles se descubrieron apenas recientemente, demostrando el maravilloso poder de la tradición y la veracidad de quienes la han transmitido. Moncure Conway, en su reconocida obra “Demonología. Diablo y tradición” describe las etapas intermedias entre el demonio y el diablo bajo el signo de la cabeza del dragón. En todas sus representaciones hay una característica común, la serpiente idealizada. El Dragón posee todas las características del demonio en su poder de hacer daño, pero difiere del demonio en su falta de deseo e intención de hacer el mal. En la mitología el dragón es la combinación de los defectos de la naturaleza que en conjunto forman un todo horrendo. Conway afirma: “El dragón convencional moderno es un monstruo terrible. Su cuerpo es parcialmente verde, café y negro, de aspecto lodoso, nos recuerda el mar y el cieno, con sombras persistentes de nubes que presagian tormentas. Las llamas luminosas de sus ojos rojizos y los destellos surgiendo de su boca con aliento de fuego, sus grandes alas vampirescas y puntiagudas, resumen todos los misterios de las arpías y los vampiros.” 15