CRIATURAS CELESTIALES
ÁNGELES Y ARCÁNGELES.
Ángeles de vigor etéreo que se forman a partir de semillas de luz celestial
Virgilio
Baja con acelerado vuelo,
cruza por la inmensidad del espacio etéreo
Navega de mundo en mundo con sus fuertes alas:
ora impelido por los vientos del polo,
ora sacudiendo velozmente el voluptuoso aire
Milton
El Paraíso perdido
Fascina contemplarlos como ministros de la omnipotencia y benevolencia divinas. Nos
complacemos en la creencia de que estos seres celestiales están dotados de una mayor y
más pura inteligencia, más cercana a la naturaleza divina. En todas las épocas, el hombre
las ha representado artísticamente con una figura muy parecida a la propia y con atributos de voluntad y poder sugeridos por las alas. En las sagradas escrituras se justifica la similitud, el todopoderoso se representa de manera sublime como “caminando sobre las
alas del viento”.
Las alas han sido el símbolo o atributo de la voluntad de la mente, del espíritu, del aire, y no se puede
pensar en un emblema más apropiado que el pájaro o
las alas de éste aunque pueda parecer incongruente y anatómicamente imposible. Identificamos a estos seres como la representación del mensajero de la voluntad de Dios. La
idea de añadir alas a la figura humana ha existido desde la más remota antigüedad. En el
arte egipcio Neith, la diosa de los cielos, se representa con alas y en las piedras talladas
de Nineveh nos encontramos con imágenes desplegando cuatro alas. En el arte clásico
ciertas divinidades y genios cuentan con alas. Los judíos tomaron prestada la idea de los
egipcios y los primeros cristianos adoptaron tanto en éste como en muchos otros casos
las ideas para expresar el atributo de poder y ligereza.
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