BIBLIÓFILOS MEXICANOS
Manuel Romero de Terreros
esde que los beneméritos Fray Juan de Zumárraga y D. Antonio de Mendoza fundaron la imprenta en México, se despertó entre nosotros el amor
a los libros, y en los cuatro siglos de nuestra historia florecieron numerosos
bibliófilos, con cuyos nombres podría formarse larguísima lista. Pero hoy
solamente queremos recordar algunos varones que más se distinguieron en
México por su bibliofilia.
El primer nombre en tan honrosa relación debe ser a
nuestro juicio, el insigne Adrián Boot, ingeniero que con Enrico Martínez comparte la gloria de haber emprendido la
magna obra de desagüe del Valle de México. Al revisar el inventario de sus libros, que se conserva en el Archivo General
de la Nación, queda uno verdaderamente
asombrado de la riqueza bibliográfica de
aquella colección, especialmente si se tiene en cuenta la época en que se formó.
Naturalmente, gran número de esas obras
eran flamencas, por ser ésta la nacionali- Fray Juan de Zumárraga
dad de Boot, pero no escasearon libros en
otros idiomas. Los había en latín, español, francés, italiano, alemán
y hasta en inglés, cosa que habla muy alto en favor de los conocimientos lingüísticos del célebre ingeniero. Las obras más numerosas
eran sobre arquitectura y fortificaciones militares, en