“Lo que sucede en la red es real”, dice un graffiti que algún atrevido pintó en la pared del edificio ubicado frente a la sede de Yahoo!, en San Francisco, California. En un juego de planos, lo virtual se transforma en algo tangible, contante y sonante.
Todo cabe en la red: divertirse, entretenerse, enamorarse, toparse con un viejo amigo, leer un estupendo artículo, en fin, todo, hasta hacer negocios. Especialmente eso. Una de las manifestaciones más virtuosas es el comercio electrónico, que cada día más se constituye como una alternativa viable y real y que cada día derriba más las barreras de entrada.
Los datos duros son contundentes. Según el Inegi, en México hay 46 millones de internautas y se ha registrado un aumento de usuarios de internet superior al 12%. Pero los mexicanos, aunque hemos sido seducidos por la red, no emprendemos tanto en este espacio.
Según la Asociación Mexicana de Internet y la Asociación Mexicana de Compras Online, tres cuartas partes de los internautas realizaron una compra en línea durante el primer trimestre de 2015. Los consumidores que más compraron vía digital tienen edades de entre 18 y 34 años.
Sin embargo, el potencial de este mercado no está siendo aprovechado en su totalidad por nosotros. La mayor parte de estas compras se registró en portales internacionales. Estamos permitiendo que nuestros clientes se vayan como agua que pasa por una coladera.
La región en la que los cibernautas mexicanos compraron más fue Estados Unidos, seguida por portales de la región asiática, y Latinoamérica se quedó con un tercer lugar, mientras los portales en Europa alcanzaron un cuarto sitio. Es decir, los consumidores mexicanos ya no tienen miedo de hacer compras en línea y están volteando su mirada al exterior para hacer sus compras o, lo que es lo mismo, estamos dejando ir una enorme oportunidad de hacer negocios.
¿Qué compramos los mexicanos en línea?
-Ropa y accesorios.
-Descargas digitales.
-Boletos para eventos y vacaciones.