Así como en los dispositivos electrónicos de uso cotidiano en donde las tecnologías evolucionan y cada cierto tiempo cambian , lo mismo sucede a nivel industrial . La llamada obsolescencia programada , un término atribuido a empresas tecnológicas que buscan reducir artificialmente la vida útil de los equipos que producen , es a menudo polémico y propicia análisis más profundos de los desarrollos por parte de los consumidores y reguladores .
Pero de algo de lo que pocas veces se habla , es de la “ obsolescencia absoluta funcional ”, que en palabras de Bjorn Granberg ( académico sueco , citado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM ), “ es aquella producida por el desgaste físico y cuyas funciones han sido superadas por versiones mejoradas ”. Tanto a escala industrial como social , se sabe que los equipos informáticos requieren una constante mantenimiento y actualización para desempeñar sus tareas ; no hacerlo , conlleva riesgos para el mismo equipo y para la información de los usuarios , algo todavía más crítico desde el punto de vista de las fábricas o plantas procesadoras .
¿ Qué hacer con las viejas tecnologías ? Contrario a lo que podría pensarse , buena parte de las industrias aún dependen de sistemas heredados , incluso en países desarrollados . Por ejemplo , una reciente encuesta de Intoware , arrojó que el 74 % de las compañías en Reino Unido se encuentran en esta situación , por lo que no debería asombrarnos que en regiones como Latinoamérica el número sea todavía mayor .
Aunque muchas empresas se esfuerzan por digitalizar su infraestructura de TI y así optimizar las operaciones , es común que se enfrenten al hecho de que los equipos heredados muchas veces no pueden conectarse a los sistemas digitales modernos , dificultando la integración con equipos o software más nuevos . Y el reto es más complicado , si la planta incluye zonas riesgosas para la integridad física o son de difícil acceso para la lectura frecuente de mediciones , como pueden ser minas , instalaciones energéticas o donde se procesan químicos peligrosos .
Al respecto , el experto ofrece cinco puntos básicos sobre considerar cuando se esté planeando dar el brinco hacia la transformación digital en instalaciones industriales :
La forma habitual de actualizar los medidores analógicos heredados es reemplazarlos con versiones digitales . En el mercado , actualmente la oferta de soluciones de este tipo , ya sean cableadas o inalámbricas , es muy amplia .
Los medidores digitales cableados , pueden transferir las lecturas de los valores con la señal de salida eléctrica . Por su parte , los medidores inalámbricos utilizan tipos específicos de conectividad como Bluetooth y LoRa , entre otros .
Una ventaja de los medidores digitales , es que brindan monitoreo continuo y una interfaz física para lecturas manuales . En cuanto a la inversión necesaria , las versiones inalámbricas están en un rango moderado , mientras que las cableadas son más económicas .
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