Editorial
Abuso Sexual Infantil
Redactado por: Germán Córdoba Millán
Talentosa, atlética, hermosa y aún así, conserva el atractivo de una chica sencilla, como tal vez lo
tiene nuestra vecina. Marilyn Van Derbur caminó por la pasarela de un teatro en Atlantic City como
la ganadora del certamen Miss América 1.958. Después de reinar durante un ajetreado año en que
hizo multitud de presentaciones estelares, terminó sus estudios e inició su destacada carrera de
conferencista. Como la expresión máxima de confianza en sí misma y compostura, esta anfitriona
de 23 programas especiales de televisión fungió por 16 años como la única portavoz femenina de
una afamada empresa. Después de treinta y tres años, Marilyn volvió a subir a un escenario muy
distinto, con objeto de proclamar un mensaje muy diferente: “Esta noche rompo el silencio...
significa que voy a mencionar lo inmencionable … Después continuó haciendo su confidencia:
“desde los cinco años hasta que cumplí dieciocho y salí de mi hogar para ir a la universidad, mi
padre abusó sexualmente de mí”.
Como conferencista motivacional, Marilyn tenía un nuevo objetivo, la pasión de ayudar a otras
víctimas a romper el silencio, a rehacer sus vidas y a vivir en plenitud. Al compartir su horrendo
secreto, ayudó a otras personas a que hablaran de sus propios secretos y pudieran sobrevivir a la
vergüenza. Pero todavía hay muchas víctimas que viven en medio de una tormenta oculta y que
lloran para sus adentros.
En el municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, se han presentando más de 500 casos de
abuso sexual infantil de acuerdo al informe de la Oficina de Conrtrol Interno de la Alcaldía. Casos
que se conocen. Es triste señalar que no se toman las medidas necesarias en procura de reducir la
violencia intrafamiliar. Llevando al municipio a los más altos índices de promiscuidad,
enfermedades de transmisión sexual (ETS), VIH – Virus de Inmunodeficiencia Humana,
prostitución infantil, entre otros.
El relato anterior me lleva a pensar en que cada niño, niña y adolescente que es victima de este tipo
de horrores en la sociedad. Nada llega tan profundamente al ser interior de un infante que el abuso
sexual. Sus largos tentáculos penetran hasta lo más hondo de su ser.... se enroscan en su alma... y
estrangulan y matan su inocencia y confianza. Para muchos, el terror es tan espantoso, que ni una
sola parte del corazón del niño escapa de su maligna presencia. Como sucedió con Marilyn Van
Derbur, aún después de muchos años de la violación, su degradante impacto siguió corroyendo su
dignidad personal y deformando su percepción de los demás. Ella, al igual que otras víctimas, se
puede identificar con el sufrimiento de Job: los ataques de terror, la pérdida de su dignidad y la falta
de seguridad.
No es posible que nuestros niños, niñas y adolescentes estén
expuestos a tales aberraciones, que conducen a la siguiente
generación a un abismo oscuro. Y para los que viven tormentas
grises no hayan acciones nuestras que les brinden oportunidades
de bogar mar adentro y avanzar hacia un futuro promisorio lleno
de oportunidades.