os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.”
Así como apóstol Pablo se asombró que los conversos en Galacia, se hayan transferido o cambiado tan rápidamente, del evangelio de la libre Gracia (Salvación por Gracia) a “otro” evangelio diferente, es decir un evangelio falso siendo una perversión del genuino. Pablo fija y da carácter definitivo al verdadero evangelio de la Gracia redentora, separándolo de toda mezcla con el legalismo y falsedades arrogante de motivadores y negociantes del evangelio de Cristo.
Los creyentes gálatas, igual que hoy, estaban buscando ser justificados por otros medios . Aunque ya habían sido justificados en Cristo cuando creyeron al evangelio que Pablo les había predicado, ellos habían regresado a guardar la ley mosaica y trataban de ser justificados por las obras de le ley. Es decir que trataban de agradar a Dios mediante sus propias obras, para que Él los justificara.
El evangelio verdadero, son las Buenas Nuevas de salvación, es aquella revelación de cómo se justifica el hombre ante Dios, es la Dispensación que Dios ha hecho conocida a los hombres pecadores. La declaración de este evangelio fue hecha por la vida, las enseñanzas, la muerte, resurrección y ascensión de nuestro Señor Jesucristo. Es la Gracia, el favor inmerecido a la humanidad. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9
Por consiguiente, fue pura misericordia de Dios hacia nosotros, manifestada en Cristo, en quien se nos ordenó creer y habiendo creído por el poder del Espíritu Santo, recibimos y fuimos sellados. De modo que esta salvación no es en ningún sentido DE NOSOTROS, sino un don gratuito de Dios, y no de ninguna clase de obras; así que nadie puede gloriarse de haber obrado su propia justificación, ni aun de haber contribuido en algo a ella.