¿Necesitamos, hoy, una reforma en la Iglesia?
Según puedo recordar algunas cosas de mi clase de historia eclesiástica en el Seminario bíblico y una que otra clase de mi cuarto año de bachillerato, la Reforma Protestante no ocurrió, así como así. ¡NO! Hubo algunos factores que llevaron a que esto sucediera. Discúlpeme por no dar fechas y nombres exactos, pero estoy “apelando a mi memoria”.
factores que llevaron a que esto sucediera. Discúlpeme por no dar fechas y nombres exactos, pero estoy “apelando a mi memoria”.
El señor Martin Lutero era un monje católico, a quien le dio por leer la biblia. Después de leer, especialmente, las epístolas a los gálatas y a los romanos, le paso lo que le puede pasar a cualquiera: “Descubrió el agua tibia”. Puede sonar a sarcasmo, pero no, Lutero descubrió que el hombre se salvaba por gracia y por los méritos de Cristo Jesús, quien es el único mediador entre Dios y los hombres. Entonces ¿Cómo entender la venta de indulgencias?
Encontramos aquí un primer factor que llevó a Lutero a fijar sus 95 tesis. La corrupción de la doctrina propiciada por el clero católico. Agregado a esto estaba el afán desmedido de enriquecerse y construir su suntuoso templo en Roma.
¿No se parece la iglesia evangélica de hoy a la iglesia católica de aquel entonces? ¡desde luego que sí! Desde los tiempos de Lutero hasta nuestros días, podemos notar que las dos últimas décadas se han caracterizado por una teología, una doctrina y una liturgia evangélica cada vez más corrompida y alejada de la Palabra de Dios. Pululan los apóstoles y profetas que dicen que para ser salvo y para recibir un favor de Dios se debe pagar una suma considerable de dinero. Tetzel era un simple aprendiz al lado de estos apóstoles y profetas modernos. (Y no me voy a referir a los cantantes, que son otro cuento).
VICTOR MANUEL
BUITRAGO CRUZ
Director