Los que maltratan o abandonan a su madre, deben nacer otra vez. Disponerse a vivir en el Espíritu para que surja desde su interior el fruto del Amor, que los haga valorar, respetar y proteger a su madre, tal como nos dio ejemplo Cristo desde la cruz.
Hay que recordar que la Escritura dice que el primer mandamiento con promesa es el cuarto mandamiento de la ley de Moisés: Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien en la vida y seas de larga vida.
Sería muy bueno que revisáramos la costumbre comercial de celebrar el día de la madre y nos propusiéramos más bien a celebrar ese día todos los días de nuestra existencia. Hijo, he ahí a tu madre. Amala, respétala, protégela y si ya estás en la edad adulta y ella es una anciana susténtala.