EL HOMBRE, DE PAPÁ A PADRE
Interesante tema, sobre todo en estos tiempos, donde los Antivalores surgen como hongos “custodiados” aún por la misma ley y los Derechos convenientes de una sociedad que los catapulta a su gusto moral; no pretendo abordar el tema en su totalidad, sería muy pretencioso de mi parte tal osadía, y tampoco concluirlo, pero resaltaré apartes inherentes del mismo, desde luego, guardando las proporciones y el debido respeto por las demás interpretaciones.
LA ESCRITURA, FUENTE FIDEDIGNA E INERRANTE, expone la identidad y responsabilidad Paternal del hombre (sexo masculino) en el contexto de la Mayordomía asociativa (el hombre como Esposo, Papá y Padre), trabaja en sociedad con Dios. LA VIDA DE LA FAMILIA ES SAGRADA, es como la Vid que Dios entrega a su administrador, ya que la familia le pertenece a ÉL, y no a quien delega su cuidado; esta Mayordomía surgió cuando Dios creó al Hombre y a la mujer Gn. 1:26-28, es claro que el hombre no es otra cosa que administrador de lo que Dios le entrega, bien lo dice el Apóstol Pablo al señalar la importancia de ser hallados fieles, como servidores y administradores de DIOS…1Co.4:1-2.
Es de lamentar cómo este histórico mayordomo se ha desdibujado a lo largo de la decadencia moral de la humanidad de todos los tiempos, dejando gran parte su responsabilidad, si no toda, a su cónyuge (obligado comentario), obviamente preservando el ponderado y estable testimonio de aquellos que han demostrado lealtad y honra al Creador y dador de la Vida a través de sus ROLES Y RESPONSABILIDADES de la Paternidad. Hoy, hasta sus generaciones les recuerdan y les honran por su ejemplarizante Legado de VIDA a sus familias, lo que en buena parte resalta el Salmista “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será Bendita” Sal. 112.