Nuestra sociedad ha bautizado la perdida de los seres queridos, como, por ejemplo: Huérfano, la pérdida de uno o de los dos padres, ¿Verdad?; Ex -esposo (a), Cuando se da la lamentable separación de un matrimonio; Viudo, La partida de uno de los conyugues; enemigo, la pérdida de una amistad y quien probablemente conspira contra su antiguo amigo, puede haber otras. Pero hay una relación la cual no tiene nombre y es cuando se pierde o hay una separación de un hijo; no una palabra que describa esta difícil situación. Ni usted, ni yo, hemos escucho a alguien decir este es mi “Ex hijo”. Incluso, esta palabra no existe en nuestro léxico. Me atrevo a decir que un padre nunca pierde un hijo, por lo menos no lo da por perdido.
Esto me lleva a pensar en el pasaje del hijo pródigo, que por cierto “pródigo” lo hemos entendido como perdido, pero este término etimológicamente denota a una persona que derrocha, malgasta, e incluso que es muy generoso, En la antigua roma el pródigo, era declarado prodigus por un juez, era sometido a una especie de tutela jurídica por un curator, que le podía impedir disponer de manera libre o autónoma de futuros bienes o legados, y acceder a cargos que conllevaran cualquier manejo o disposición de fondos. Dicho de otra manera, un hijo, jamás pierde su estatus de hijo, puede llegar a perder ciertos privilegios, pero jamás será despojado de su condición. Esta es precisamente la riqueza del pasaje del hijo pródigo (Lucas 15:11-32) Esta hermosa parábola contada por el Señor Jesús nos deja entrever el Amor del padre, muy probablemente usted y yo nos podemos identificar con el hijo mayor, quien estando a lado del Padre nunca gozó de la compañía del Padre y se molestó al presenciar la misericordia que su padre le mostró a su hermano menor, o quizá, también la experiencia del hijo menor sea un reflejo de nuestra propia vida. Sea cual sea, permítame analizar el maravilloso corazón del Padre en esta lección de vida que han titulado “Parábola del hijo prodigo” yo le hubiera llamado “El padre aun te está mirando de lejos” Recuerde en los manuscritos originales griegos del nuevo testamento, ningún pasaje