BRUJULA CIUDADANA Respuestas humanitarias, ni muros ni promesas | Page 24

Brújula Ciudadana 105 22 y el abuso psicológico y emocional en las redes sociales, han contribuido a la polari- zación ideológica y partidista y también han permeado la nueva narrativa antiinmigrante en algunas esferas de la sociedad norteame- ricana. Cuando estos mensajes racistas e inhumanos se amplifican, se hace más difícil recordar que una de cada 30 personas en el mundo es migrante y que la migración es un detonador del crecimiento y el emprendi- miento, tanto en los países de acogida como en los países de tránsito y de origen. Tratar de poner barreras al derecho a la movilidad humana no soluciona nada. Por el contra- rio, puede convertirse en una represa que de un momento a otro desborde sus aguas llevando caos y desesperación a un proceso natural que debería ser fluido y organizado. Mientras siga habiendo pobreza, violencia y desesperanza, seguiremos viendo caravanas de migrantes en busca de mejores oportuni- dades. Hay que recordar que los migrantes de los países del TNCA vienen huyendo de una de las regiones del mundo con el mayor número de homicidios y violencia sexual y de género fuera de zonas de guerra. Lo Feo: el viacrucis no termina en la frontera Las características demográficas de los mi- grantes que cruzan la frontera México-EUA ha ido cambiando sustancialmente en los últimos años. A partir de 2015, los migran- tes del TNCA representaron el 53% de las aprehensiones por parte de la patrulla fron- teriza en la frontera con México, rebasando por mucho a la población indocumentada de origen mexicano (El Colegio de la Frontera Norte, 2018). Asimismo, las aprehensiones de niños cruzando solos, o de unidades fa- miliares - niños menores de 18 años viajando con un padre o familiar- son más comunes. En 2018, alrededor de 161,000 grupos familiares arribaron a la frontera, de acuerdo a datos de la Agencia de Aduanas y Protección Fron- teriza (U.S. Customs and Border Protection, 2018). Dos terceras partes de las personas detenidas en diciembre eran menores de edad. Esto ha significado un gran reto para las autoridades fronterizas que no cuentan con suficiente personal preparado ni instalacio- nes adecuadas para recibir a esta población. Las consecuencias son fatales, tal y como se demostró con los dos niños migrantes de Guatemala que murieron mientras estaban bajo la custodia de dicha Agencia Fronteriza. En abril de 2018, el gobierno de EUA im- plementó la “Política de Cero Tolerancia” orientada a separar a los niños de sus padres si cruzaban la frontera de manera indocu- mentada. Como consecuencia, más de 2,600 niños fueron separados en tan solo dos me- ses (Mittelstadt, 2018). Posteriormente, una