Brújula Ciudadana 109
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Miles de migrantes están esperando cruzar a
los Estados Unidos huyendo de la violencia
y la miseria en sus países de origen. Otros
tantos son detenidos y son deportados a
México, ahora más bajo el programa unilateral
americano de “Quédate en México”, bajo el
cual miles de centroamericanos, esperarán
una resolución de su situación migratoria,
exponiéndoles a graves riesgos en las ciudades
fronterizas mexicanas e impidiendo su pleno
acceso a la asistencia legal. Como miembros
de la familia humana no podemos ser indife-
rentes al dolor que muchos de ellos viven y
que reclama nuestra ayuda humanitaria y el
respeto irrestricto a sus derechos humanos.
La Iglesia católica en México
está convencida de que es
necesaria una justa política
migratoria que, por un lado,
garantice un libre tránsito de
personas ordenado, regulado
y responsable; y por otro
lado vele por los intereses
legítimos de los miembros de
nuestra nación.
Así mismo, estamos convencidos de que los
mexicanos debemos estar unidos al enfrentar
este y otros desafíos globales. Sin embargo, la
unidad de los mexicanos no debe construirse
al margen de la fraternidad entre los pueblos.
Somos todos países complementarios e in-
terdependientes.
Los obispos pedimos formalmente a los go-
biernos de México y de Estados Unidos hacer
un compromiso permanente para privilegiar
siempre el diálogo y la negociación transpa-
rente en nuestras relaciones bilaterales. No
caer en la fácil tentación del chantaje o la
amenaza. El bien de cada país se construye
velando por el bien de toda la región. No
hay futuro más que caminando juntos como
hermanos que somos, solidarios y corres-
ponsables.
Los obispos mexicanos y norteamericanos
hemos reiterado en diversas ocasiones que
deseamos colaborar con todas las iniciativas
que permitan encontrar un camino de ma-
yor seguridad y protección de los derechos
humanos de quienes emigran, y que es nues-
tro deber alzar la voz cuando los derechos
humanos son violentados. Así siempre ha
sido y será.
Continuamos comprometidos sin titubeos
brindando a los migrantes la ayuda humanita-
ria que requieren en su tránsito por nuestro
territorio nacional. Por lo que manifestamos
nuestro respeto y reconocimiento a los miles