BRUJULA CIUDADANA Fin a la corrupción. el gran desafío | Page 29

1) A rquitectura institucional de cara a la corrupción 27 que las investigaciones de corrupción estarán a cargo de una Subprocuraduría especializada de combate a la corrupción que estará ads- crita a una Fiscalía General independiente. Pública, para evitar la discrecionalidad en el gasto. Una vez atendidos estos aspectos, podremos decir que la normatividad de la justicia administrativa está completa. La justicia administrativa tuvo un cambio radical al considerar que la corrupción, que suele ser un fenómeno dinámico, sistemá- tico y estructural, deba ser confrontada con un mecanismo coordinado (el comité coordinador del SNA) que permita la gene- ración constante de políticas públicas que la combatan, igualmente de forma dinámica y sistematizada. Otro avance consiste en buscar la rendición de cuentas a la ciudada- nía al considerar la existencia de un comité ciudadano que vincule las demandas de rendición de cuentas con las autoridades competentes. Sin embargo, pese a la precisión de las refor- mas en materia de justicia administrativa, hay varios aspectos del combate a la corrupción que no estuvieron contemplados en la refor- ma constitucional ni en las leyes secundarias, como la incorporación de la agenda de los derechos humanos a esa lucha. La repara- ción del daño que la corrupción genera en la sociedad, en particular a la población que se encuentra en condiciones más vulnerables, no es algo que se contempla en la ley. En ese sentido podemos decir que ese án- gulo de la corrupción, el que tiene que ver con los aspectos administrativos, está bien atendido, aunque falta lo más importante aún: modificar los marcos jurídicos que per- miten la discrecionalidad en la ejecución de recursos, como es la Ley de Obras, las de Adquisiciones, las de Servicios para evitar adjudicaciones directas; o la de asociaciones público privadas, la de prestación de servicios y de inversión, para evitar deudas ocultas o las de Presupuesto y Gasto o de Deuda La lucha anticorrupción también dejó de lado la corrupción que se da en las cárceles y centros penitenciarios, en los ministerios públicos y los juzgados, en las fronteras del país, en el ejército y en las corporaciones policiacas. Las reformas no contemplaron los vínculos entre los servidores y representantes públicos y el crimen organizado, que puede ser la muestra más grave de la corrupción. Tampoco están previstas las acciones del Estado para recuperar lo saqueado. Hay un universo por recorrer, y por eso es preci- so que la próxima agenda de combate a la corrupción se centre en las víctimas de la corrupción.